Comodidad, estética, higiene y, por supuesto, seguridad. Las razones para esmerarnos en el cuidado y limpieza de los cristales de nuestro coche son múltiples y todas muy agradecidas. Algo en principio sencillo y banal como es limpiar las lunas del vehículo es en realidad un asunto algo más complejo, si lo que pretendemos es hacer un buen trabajo, y que bien merece que recopilemos una serie de consejos para ayudaros a ver más clara esta ardua tarea.
Lo primero es elegir un buen limpia cristales. Lo normal es ir a lo fácil y tirar del que utilizamos en casa para ventanas y otras superficies de cristal. No es en absoluto lo más recomendable. Muchos de estos productos contienen amoniaco en su fórmula. El viejo NH3 no se lleva nada bien con otras superficies del coche como plásticos, gomas o vinilos. Si entra en contacto con estos materiales los acabará secando y acelerando su deterioro. Es mejor utilizar un producto específico para la limpieza de cristales de vehículos. Hay muchos en el mercado y de diferentes marcas, incluyendo algunos de los propios fabricantes de coches.
¡Nada de camisetas viejas por favor! Microfibra al rescate
Por fin hemos encontrado nuestro limpia cristales para coches y vamos a la búsqueda del trapo perfecto. De nuevo lo primero que se nos ocurre es ver que tenemos por casa. Camisetas viejas, trapos usados y hasta ropa interior he visto en algún maletero que otro.
Pelusas y arañazos no son temas agradables pero sí fácilmente evitables utilizando toallas de microfibra especificas para limpiar cristales. Ojo que, como todo en esta vida, hay microfibras y microfibras, La calidad se paga y, al menos en este caso, se nota. Importante también reservar estos paños para trabajar con los cristales exclusivamente y evitar así transferencia de otros productos de limpieza a nuestras lunas. Un paño para limpiar y otro para secar sería lo perfecto.
Si la limpieza de los cristales se va a realizar como parte de un lavado completo del vehículo es importante dejar este paso para el final. El resto de productos que utilizaremos para limpiar nuestro coche, exterior e interior, acabaran por salpicar los cristales dejando restos que arruinarían nuestro trabajo. Es conveniente empezar por el parabrisas frontal, por mitades, y la luneta trasera para pasar luego a las laterales.
La técnica adecuada, factor de éxito
Si en el punto previo hemos mencionado lo desagradable de encontrar manchas de productos en superficies no adecuadas ahora es importante recordar que cuando limpiemos los cristales apliquemos el producto directamente en la toalla, no en el cristal. Ahorraremos más líquido del que pueda parecer y al tiempo evitaremos salpicar carrocería y otras partes del coche.
Otro truco es realizar la limpieza de las superficies exterior e interior en direcciones perpendiculares, un lado con pasadas verticales y el otro horizontales. Esto nos ayudará a identificar con más claridad en qué cara están las posibles manchas que nos hayamos dejado. Para las ventanas laterales recordad bajar un poco el cristal para no dejar sucia la parte superior del mismo, un pequeño detalle que no debe ser pasado por alto.
Si el producto limpiador es concentrado mejor no usar agua de grifo
Algunos productos limpiadores para cristales se comercializan en formato concentrado y es necesario diluirlos en cierta proporción antes de poder utilizarlos. Lo mejor en estos casos en utilizar agua destilada ya que el agua de grifo contiene minerales que posiblemente dejen marcas cuando el limpiador se haya evaporado completamente.
Las escobillas de los limpia cristales acumulan también suciedad que por supuesto disminuye su efectividad y su duración. Recordemos darles una pasadilla al finalizar nuestros trabajo, notaremos que limpian mejor y hacen menos ruido. Hay productos específicos para limpieza y tratamiento de escobillas, si no tenemos uno de estos podemos utilizar el mismo limpia cristales pero recordad, nada de amoniaco.
Un paso más allá, pulimentos y selladores
Si queremos pasar al siguiente nivel y lograr mejores resultado y, sobre todo más duraderos, podemos utilizar algún pulimento específico para cristales que nos ayudará a eliminar la capa de suciedad y contaminación más incrustada. Es importante seguir las instrucciones del fabricante del producto. También es buena opción utilizar un sellante específico para cristales que restaure la película protectora aplicada en fábrica que con el paso del tiempo inevitablemente va deteriorándose y desapareciendo. Notaremos que el agua de lluvia resbala y se elimina con increíble facilidad.
Bueno, al final cada uno le podrá dedicar más o menos tiempo a la limpieza de los cristales del coche pero lo que es claro, y transparente, es que unos cristales sucios pueden desmerecer totalmente una buena limpieza del resto del coche. Todo tipo de trucos circulan por la red para ayudarnos en la limpieza de las lunas de nuestro vehículo. Desde utilizar toallitas de bebé hasta mezclas caseras de limpia cristales a base de vodka.
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