El Dodge Viper más básico ya es tremendamente espectacular y no va precisamente escaso de potencia. Pero ya sabes que en el mundo del automóvil siempre se quiere más y, afortunadamente, normalmente se puede hacer. Versiones y preparaciones del Viper hay unas cuantas, pero el equipo de ingenieros de Dodge con toda su experiencia en competición nos trae uno impresionante y con 650 CV de potencia.
Se basa en el Viper de competición pero es un coche homologado para circular por la vía pública a pesar de que ese enorme alerón trasero parezca decir todo lo contrario. Bajo el capó un V10 de 8.4 litros atmosférico que eleva su potencia hasta los citados 650 CV y el par motor máximo hasta los 812 Nm. Este derroche se administra gracias a una caja de cambios manual de seis velocidades.
Y después todos esos caballos pasan al asfalto a través de las ruedas traseras, que están formadas por unas llantas de 19 pulgadas de diámetro y unos neumáticos que Kumho ha desarrollado sólo para este coche y que mejoran el tiempo por vuelta. ¿Pero no hemos dicho que es un coche de calle? Sí y no. Sí está homologado para ello, pero su origen es el circuito y no deja de ser su entorno natural.
Reparto de pesos 50/50, aceleraciones laterales de hasta 1,5 G, frenos cerámicos de 390 mm de diámetro delante y 360 mm detrás, chasis rebajado, Bilstein para muelles y amortiguadores regulables y un kit aerodinámico de verdad, de los que funcionan y no son sólo para ser el más chulo del barrio.
Por dentro encontramos más exquisiteces de las que cabría esperar, no es el coche más equipado que te vayas a encontrar pero poco tiene que ver con un coche de carreras. Carbono, aluminio, piel vuelta, cuero. Todo combinado con gusto y resaltando la deportividad, pero sin olvidar que es un coche de calle aunque está pensado para lo que tú estás pensando, para zurrarle en circuito sin ningún tipo de compromiso.
Comentarios
Publicar un comentario