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Los frenos también tienen su desgaste, y hay que cambiar periódicamente las zapatas y comprobar el estado de los discos, pero suele ocurrir que esos cambios e inspecciones se incluyen en el programa de las revisiones oficiales, y muchas veces los conductores no nos enteramos de esa sustitución. En honor a la verdad, todo conductor debería saber o informarse de qué se ha hecho en la revisión del coche.
Cómo detectar que los frenos están perdiendo eficacia
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Al frenar suavemente, notar una caída en el rendimiento de los frenos no es fácil, y tendemos a darnos cuenta de que a los frenos les quedan pocos kilómetros cuando notamos los síntomas más evidentes:
- El pedal tiene más recorrido del normal.
- Notamos un pedal esponjoso.
- A la inversa, podemos sentir que el pedal está demasiado duro, que ofrece mucha resistencia a la pisada.
- De manera muy similar, el pedal parece tener menos recorrido del habitual.
- Al frenar con cierta decisión, se bloquean una o más ruedas.
- Al pisar el freno sentimos vibraciones.
- Si bajamos un puerto o una pendiente descendente muy larga, podemos notar que con el tiempo se pierde capacidad de frenado, al calentarse los frenos.
- Al frenar notamos que el coche oscila hacia un lado.
- El peor, y más notorio síntoma de que hay algo mal en los frenos es pisar el pedal y escuchar un chirrido.
¿Influye mi forma de conducir en cómo desgasto los frenos?
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La respuesta corta es por supuesto. ¿Cómo no va a afectar la conducción? La mejor manera de no gastar los frenos de forma prematura es utilizarlos lo menos posible, y siempre que se pueda, frenar con suavidad. Lógico, pero no siempre se hace así. Para frenar con suavidad, la mayoría de las veces hay que combinar dos técnicas: ir tranquilos, y levantar primero el pie del acelerador, dejando rodar el coche y que actúe el freno motor.
Esas técnicas suponen circular a una velocidad controlada y pisar con dulzura el acelerador, para evitar situaciones de parrilla de salida de Gran Premio en los semáforos de la ciudad, además de que debemos anticipar correctamente qué va a suceder después: ¿vendrá otro semáforo? ¿Un ceda el paso? ¿Un paso de cebra con peatones prestos a cruzar? En cualquier caso de los mencionados, apurar mucho significa que frenaremos con más fuerza de la necesaria, y eso significa que gastaremos más de lo necesario los frenos.
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Lo mismo podemos decir de la conducción en autovía. A velocidades legales, y si nos espera una salida normal, apenas tendremos que utilizar los frenos. Si tomamos el carril de deceleración y dejamos que el freno motor actúe, la velocidad bajará de forma adecuada y tan solo al final necesitaremos aplicar frenos con suavidad. La forma de conducir incide totalmente en el desgaste de los frenos, y también en el tipo de desgaste.
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