A partir de
ahora hemos de acostumbrarnos a que materiales, relativamente exóticos, vayan
conquistando la construcción de diferentes componentes de nuestros coches.
Especialmente aquellos que sean susceptibles de propiciar un mayor
aligeramiento de nuestro coche. Lo normal es que estos materiales comiencen a
introducirse en deportivos, y vehículos de gama alta, para ir incorporándose
cada vez más a turismos generalistas, para todos los bolsillos.
El nuevo BMW M4 GTS contará con la posibilidad de
montar llantas de fibra de carbono, entrando en un selecto club de
deportivos que han recurrido a esta opción. ¿Pero sabías que ya en los años 70 podías
comprarte un Citroën con llantas de fibra de carbono?
La historia
de Citroën nos ofrece ejemplos realmente interesantes de avances tecnológicos
que conseguirían que la marca de los chevrones alcanzase un nivel de
sofisticación que para sí hubieran querido muchas marcas de la competencia. El
ejemplo más socorrido es el de las suspensiones hidroneumáticas. Pero en este caso no fue
exactamente Citroën, sino su socio, Michelín, el que dirigió un proyecto para
crear unas llantas extremadamente ligeras, fabricadas en un material
compuesto basado en fibra de carbono.
Y como te
habrás podido imaginar, la motivación que dirigió tal empresa no fue otra que
la de alcanzar el máximo aligeramiento para afianzar las aspiraciones de
Citroën en la competición. Con la intención de hacer del Citroën SM un coupé
apto para rally, el ingeniero jefe del proyecto, Jacques Né, buscaba alternativas para las
llantas originales de acero empleadas en el SM. Se valoró la posibilidad
de recurrir a unas llantas de aleación ligeras de un proveedor italiano, pero
Citroën consideró que no eran adecuadas para las exigencias de un rally, tal y como cuenta este magnífico
artículo de Hemmings.
Fue entonces
cuando Citroën recurrió a su socio, Michelín, que bajo el departamento de competición dirigido por Pierre Dupasquiere, se propuso crear las Michelín RR roues
resin, las ruedas de resina de Michelín. Aunque su aspecto fuera el de una
llanta de aleación convencional, estaban construidas con polímero reforzado de
carbono que hacía que fueran extremadamente
ligeras, en torno a unos 4,3 kilogramos. Estas llantas aún así conservaban una
pieza central de acero, sobre la que iba el atornillado, como podemos ver en la
imagen superior.
El SM debutó
con llantas de carbono con victoria en el Rally de Marruecos de 1971, e incluso
se ofrecerían opcionalmente en el Citroën SM de calle, en un coupé
revolucionario, y una obra del art
decó francés. Hoy en día se han convertido en una pieza prácticamente
de coleccionista, y en uno de los repuestos más caros para los que atesoran uno
de estos coches.
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