De nuevo Citroën está de celebración,
esta vez por el 45 aniversario del lanzamiento del que logró alzarse con el
título de Coche del Año en Europa en 1971 gracias a su avanzada tecnología.
Aquí tienes la historia del Citroën GS, uno de los compactos más avanzados de
su época.
El coche que empieza donde
otros acaban
Aunque se presentó al público en agosto de
1970, el Citroën GS se
alzó con el título de Coche del
Año en Europa en 1971 con un éxito rotundo y contra rivales muy importantes. Ese
mismo año optaban al premio el
primer Volkswagen de tracción delantera, el VW K70 y el
revolucionario Citroën SM con motor Maserati, el coche de tracción delantera más rápido del
mundo hasta 1985.
Pese a las virtudes de sus rivales, el Citroën GS
arrasó en las votaciones con nada menos que 233 puntos frente a los 121 y 105 obtenidos por el K70 y el
SM respectivamente. El Citroën
GS era revolucionario por varios
motivos y su premio fue más que merecido. Empezando por su diseño aerodinámico, el GS destacaba por su
elaborada concepción técnica:
- Motor completamente de aluminio y con árboles de levas en cabeza.
- Suspensión hidroneumática con control de altura.
- Frenos de disco delanteros a la salida del diferencial para reducir las masas no suspendidas.
- Salpicadero de líneas futuristas y un interior muy espacioso pese a sus compactas dimensiones.
Citroën GS, un proyecto de 14 años
Su
desarrollo fue un parto muy difícil, nada menos que 14 años. Desde el
lanzamiento del Citroën
DS en 1955, la
marca francesa quería tener un modelo que cubriese el hueco entre el espartano
2CV y sus derivados Ami 6 y Citroën 8, y el Tiburón. En 1956
presentó el Citroën C10 con
dicho propósito, pero era un automóvil demasiado avanzado para los estándares de la época que no
encontró el beneplácito del público, por lo que no pasó de la fase de
prototipo. Poco después se presentó el Citroën C60, una especie de Ami 6 sobredimensionado y
aerodinámico. Tampoco llegó a ver la luz.
En 1963 la
marca inicia su Project F,
pero justo cuando están a punto de presentarlo, en 1965, llega al mercado el Renault
16, casi un calco de su modelo, por lo que también se desestima.
Finalmente, el genio del diseñador Robert
Opron y algunas patentes e ideas tomadas tras la adquisición de Panhard logran, al fin,
un modelo digno de salir al mercado, el Citroën GS.
Opron creó
unas líneas muy aerodinámicas y avanzadas para su época, con unos enormes faros
de formas trapezoidales y carrocería tipo fastback. Se decidió dotar al GS de
la excepcional suspensión hidroneumática del DS y montar un moderno motor de
aleación ligera de 4 cilindros
bóxer refrigerado por aire y con árboles de levas en cabeza. Pese a su escasa cilindrada de un litro, el motor rendía 55 CV y
movía un conjunto muy ligero con suficiente solvencia. En 1972 se aumentó el
tamaño de sus cilindros hasta los 1.222 cm3 y la potencia llegó a los 60 CV y más tarde hasta los 69 CV con el motor subido a 1.299
cm3.
Aunque parezca una potencia ridícula, su excepcional
aerodinámica y su formidable suspensión conseguían que el GS fuese uno de los
compactos con mejor rendimiento en carretera de su época. En 1972 se presenta la carrocería
familiar, denominado Citroën GS
Break, con un generoso espacio de carga y con la ventaja de contar con
una suspensión que permitía mantener una altura constante y regulable gracias
a la hidroneumática.
En 1973 se une a la familia GS un
modelo revolucionario con el ingenioso motor diseñado por Félix Wankel. El Citroën GS Birotor conseguía unos impresionantes 106
CV que proporcionaban unas prestaciones estratosféricas para la
época y un comportamiento en carretera impresionante. Para hacernos una idea,
el mítico VW Golf GTi todavía
tardaría 3 años más en llegar al mercado y sus 110 CV parecían demasiados.
Por
desgracia, esta maravilla mecánica nació en plena crisis del petróleo y su motor
wankel era bastante sediento, además de algunos problemas de estanqueidad de sus
rotores, por lo que la producción se paró con sólo 847 unidades fabricadas, de las que apenas sobreviven medio
centenar, muy buscados entre los apasionados de la marca.
1979: llega el GSA y los satélites
Nueve años
después de su lanzamiento y tras haber logrado un notable éxito de ventas con casi 1,9 millones de unidades vendidas del GS y GS Break se presenta el Citroën GSA. Exteriormente los cambios
se centran en unos nuevos grupos ópticos traseros, parachoques de plástico,
nuevas llantas, nuevos colores y un pequeño spoiler sobre el portón trasero
para darle un aspecto más moderno.
Una de sus
principales ventajas frente a su predecesor fue que el GSA contaba con un portón trasero completo que
abría hasta el techo, en lugar de la pequeña portezuela del GS, que sólo abría
hasta la base de la luneta trasera. La mayoría
de los cambios se centran en el interior, con un salpicadero completamente nuevo en el que llaman la atención
los mandos de los limpiaparabrisas, intermitentes, luces, colocados en dos
bloques de teclas a los lados de la columna de dirección.
Estos satélites eran una herencia directa de los presentados
en el Citroën CX lanzado
en 1974. En 1982 se
presenta el Citroën BX y
el GSA reduce su cadencia de producción, que cesaría en 1986 con algo más de medio millón de unidades vendidas.
En total, el Citroën GS-GSA rozó
los 2,5 millones de ventas y su moderno diseño lo mantuvo vigente durante 16 años.
Las peculiaridades del Citroën GS
El GS llegó a fabricarse en Vigo, siendo uno de los coches de
fabricación española más complicados y avanzados de la época. Gracias a su
suspensión hidroneumática, el GS no tenía ningún rival en cuanto a confort y seguridad activa. Con este
sistema, el GS mantenía constante
su altura independientemente del peso que cargase, podía subir la
carrocería para acceder a pistas forestales e incluso era capaz de rodar con 3 ruedas.
Otra de sus
particularidades era el freno de
mano, completamente atípico. Por un lado, su mando era un tirador a la
derecha de la columna de dirección, lo que dejaba una consola central libre,
por otro, éste actuaba sobre los discos
de freno delanteros. Gracias a ello, el GS era capaz de detenerse en
unas distancias razonables aunque fallase el sistema hidráulico del freno de
servicio.
Los anuncios de televisión de
la época eran muy ocurrentes para demostrar la supremacía de su sistema de
suspensión. Concretamente hay dos muy llamativos. En el primero de ellos un
hombre sale sentado en el asiento trasero fumando un puro con una gran ceniza
mientras el coche es conducido a gran velocidad sobre una pista adoquinada sin
que la ceniza se caiga. En otro, un GS se dirige a toda velocidad contra dos
camiones que circulan parelelos en sentido opuesto. El GS se cuela entre ambos
justo cuando una rueda le explota y éste se mantiene perfectamente estable y no
choca contra los camiones.
Todo ello rodado sin trucos ni efectos digitales, aunque sí por especialistas. Su eslogan publicitario también fue todo
un icono: Citroën
GS, el coche que empieza donde otros acaban. Aunque no
llegó a fabricarse en serie, en 1972 se
presentó el GS más especial, un diseño elaborado por Bertone con una llamativa
carrocería de 2 puertas estilo coupé, el Citroën GS Camargue Bertone, un concept que sigue pareciendo
moderno hoy en día.
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