Cuando la mayoría de marcas con SUV en sus gamas apuestan por diseños cada vez más elaborados, rebuscados e inventando nuevos nichos de mercado en el proceso, llega Kia al Salón de Detroit y presenta un 4x4 de lo más clásico e imponente. Para el Kia Telluride, el equipo de Peter Schreyer volvió a la esencia de los todoterrenos: formas cúbicas con proporciones sencillas que inspiran fuerza y robusteza. Aunque bajo ciertos ángulos tenga un cierto parecido con el Volvo XC90 y con el Jeep Cherokee XJ, el Telluride es una vuelta a los orígenes del diseño de los SUVs.
Si bien las proporciones exteriores son las de un robusto 4x4 a la antigua, no utiliza un chasis de largueros y travesaños, sino una base muy modificada de Kia Sorento. Animado por un V6 gasolina de inyección directa de 270 CV y un motor eléctrico de 130 CV, exhibe una potencia combinada de 400 CV para un consumo medio de 7,8 l/100 km. El Telluride podría plantarle cara al Volvo XC90 T8 Twin Drive cuando llegue al mercado.
Sí es un concept car, pero tal y como lo reconocen en Kia, la marca tiene un largo historial de sacar al mercado modelos muy parecidos a los concept cars que presenta. Y el Telluride no es para nada descabellado. Claro que algunos elementos no llegarían a la serie, como la apertura de las puertas, la ausencia de pilar B o las luces para tratar la disritmia circadiana o jet-lag. No es una broma, Kia asegura que los asientos de los pasajeros equipan sensores que miden los ritmos vitales y los usan para controlar un panel, ubicado debajo del techo solar, que emite luz terapéutica vía LEDs.
Lo de las lucecitas LEDs es irrelevante, lo importante es que cuando llegue al mercado no haya perdido mucho de su diseño exterior y conserve esa presencia en la carretera. La única duda que nos queda es si llegará a Europa o se reservará para el mercado norteamericano.
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