
El anterior récord en un subasta era de un Ferrari 250 GTO que se vendió por 28,5 millones de euros en 2014. Este 335 S, que formaba parte de la colección Bardinon desde 1970, tuvo muchas novias desde entonces, pero la familia siempre se negó a venderlo. Además, no es cualquier Ferrari, lo han pilotado los más grandes, desde Trintignant hasta Stirling Moss pasando por von Trips o Mike Hawthorn.

En 1956, Ferrari vuelve a apostar por los V12 y participa con el 290 MM equipado del mismo motor que los Ferrari de Gran Premio. Equipado con un sólo árbol de levas en cabeza y de un doble encendido, este motor de 3.5 litros desarrolla 340 CV a 7.200 rpm. Permite así a Eugenio Castellotti ganar las Mille Miglia de 1956 y a Ferrari colocar sus coches en las 4 primeras plazas.

Esta versión con cuatro árboles de levas en cabeza, doble encendido y carburadores de cuatro cuerpos era el no va más tecnológico de le época, mientras que su potencia ronda los 400 CV. El chasis nº0674 que Artucrial sacó a la venta salió de la factoría de Maranello a principios de 1957. Equipa el V12 Tipo 140 de 3.8 litros y Scaglietti lo vistió de una carrocería tipo barqueta. El coche será uno de los 315 S que correrá en la Scuderia Ferrari y no en un equipo privado. Su primera participación, el en las 12 horas de Sebring, se salda con una sexta plaza con Peter Collins y Maurice Trintignant al volante, mientras que la victoria sería para Fangio y Behra con un Maserati 450 S.

Después de las Mille Miglia, el Ferrari 0674 ve su motor pasar a los 4.1 litros de cilindrada de cara a su participación en las 24 horas de Le Mans. Mike Hawthorne y Luigi Musso serían los pilotos de 0674. Con el británico al volante, el Ferrari 335 S 0674, que lidera la prueba desde la primera vuelta, es el primer coche en conseguir una media por vuelta superior a los 200 km/h. Finalmente, el equipo debe abandonar en la quinta hora por fallo mecánico grave.

Al final de la temporada, 0674 recibe el motor Tipo 141 del 335 S, y en 1958 Ferrari lo vende a Luigi Chinetti, famoso importador de Ferrari en Estados Unidos. En febrero, el coche participa en el Gran Premio de Cuba con los colores del NART, Masten Gregory y Stirling Moss llevan el coche a la victoria. A partir de ahí, Chinetti alquila el coche a Mike Garber para diversas competiciones y en 1960 lo vende a Robert N. Dusek, un arquitecto de Pennsilvania. En 1970, Dusek vende el coche a Pierre Bardinon y se lo lleva para Francia.

Y es que los coches de Bardinon siempre han estado en su museo particular, el cual está en su circuito particular, en un rincón de su finca Mas du Clos. Podía así disfrutar de sus coches con total tranquilidad. Hasta los años 90, esa colección así como su circuito se mantuvieron en secreto, sólo los equipos de competición franceses y clubes de marcas prestigiosas, como Bentley o Porsche, podían rodar en el circuito. El público desconocía por completo su existencia. Hoy, la familia Bardinon ha decidido vender el coche y, de nuevo, marcar un hito en la historia de Ferrari.
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