Algunos de los factores más importantes a la hora de determinar el valor de un coche de colección son su rareza y su sitio en la historia de la marca, además de otros factores como su estética, su prestigio, su comportamiento deportivo, sus prestaciones o un posible pasado deportivo. En la práctica, es una combinación de algunos de esos factores y a veces es difícil acertar.
En la subasta de Artcurial del viernes 5 un Ferrari 335 S de 1957 alcanzó una cifra récord en una venta pública, y otro Ferrari marcó un hito. Pero ahí no es que fuese un modelo tan bonito ni con un pasado tan glorioso como el 335 S; un mundano Ferrari California alcanzó los 330.000 euros. ¿Cómo es posible que el patito feo de la gama Ferrari alcanzase tal precio? Y es que ese mismo fin de semana en París, en la subasta de Bonhams, un Ferrari 599 GTO se vendió por 425.000 euros.
¿Qué hace ese California tan especial? La razón es muy sencilla: equipa un cambio manual. En la actualidad, no hay ningún Ferrari disponible con cambio manual. De hecho, a la mitad de la vida comercial del Ferrari California, la firma italiana anunció que dejaba de proponer una caja manual en el California, el último Ferrari que aún estaba disponible con tal equipamiento.
En total, según las fuentes consultadas, Ferrari sólo fabricó entre 2 y 5 unidades de Ferrari California con cambio manual. Es decir, es uno de los últimos Ferrari en disponer de la mítica rejilla metálica de cambio. Y eso significa que inevitablemente, cuando se vuelva a subastar, cambiará de manos por una todavía más alta y sorprendente suma de dinero. ¿Quién ha dicho burbuja?
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