
A finales de noviembre abandonaba la cadena de montaje el primero de los todocamino de Crewe, y han tenido que pasar más de seis meses para que alguno de los preparadores más prestigiosos se atrevieran a hacer algo con un coche tan top. Por fuera tenemos nuevos paragolpes delantero y trasero, un alerón de techo integrado y entradas de aire más generosas para ventilar mejor el motor inalterado de 600 CV, los radiadores y las ruedas. Además los deflectores frontales y laterales prometen que mejoran la aerodinámica y la estabilidad. Todas las piezas se pueden encargar en fibra de carbono, por supuesto.

Las llantas nos parecen muy familiares a las que suele usar Brabus y, una vez más, adquieren unas proporciones enormes con un diámetro de 22 pulgadas. Son forjadas de aleación ligera y ahorran un 15% del peso con respecto a otras del mismo tamaño. Toda la carrocería está colocada 25 milímetros más cerca del suelo con respecto a la del Bentayga original y los arcos de las ruedas han sido ampliados, lo que le da una apariencia menos burguesa aún y más agresiva. Para el interior las opciones de personalización son ilimitadas. Bueno, sí que tienen un límite, el que pueda pagar tu cartera. Aunque si te has comprado un Bentley es porque llegas bien a final de mes.
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