¿Cuántos
kilómetros recorres desde que llenas el depósito hasta que tienes que volver a
pasar por la gasolinera? Por supuesto, depende un poco de las
circunstancias y de por dónde conduces, pero seguro que tienes más o menos una
media para tus desplazamientos regulares. Pero ¿y si pudieses hacer que esa media de kilómetros aumente de
forma importante solo aplicando una serie de técnicas?
Para
aprender estas técnicas nada más fácil que acudir a los expertos, los hypermilers, conductores que han
llevado el arte de la eficiencia hasta el extremo. No se trata, por supuesto,
de imitarlos punto por punto, pero sí de conocer sus trucos para aplicarlos en la medida de lo
posible. ¡Estos son los principales!
Prisas fuera. Cumple siempre con los límites de velocidad, ya
que cuanto más rápido vayas, más combustible consumirás por kilómetro. Los
hypermilers recomiendan no pasar nunca de los 75 km/h, algo que desde el punto
de vista práctico o incluso de la seguridad es poco recomendable. Sin llegar a ese extremo, puedes
simplemente limitarte a no superar nunca el límite de velocidad establecido
para la vía por la que conduces.
Elimina pesos innecesarios. Sin llegar al extremo hypermiler de ir sin rueda
de repuesto, sí que puedes inspeccionar tu coche y ver si de verdad necesitas
cargar siempre con todo lo que llevas: ¿necesitas llevar la baca instalada? ¿y
ese lote de papeles que paseas en el maletero desde hace unos meses? Deshazte
de lo que no necesites.
Vigila la presión de los neumáticos. Un coche con neumáticos poco
inflados consume más que uno con ellos llenos de aire, por lo que es muy
importante estar siempre atento a la presión. Los hypermilers recomiendan
mantenerla siempre en el máximo recomendado por el fabricante.
Conduce con suavidad. Pocas cosas hay peores para la eficiencia que
los acelerones y los frenazos bruscos, algo que deberías evitar siempre que
puedas. Para ello, además de ir con calma, intenta conocer la vía por la que vas para poder prever
situaciones que te puedas encontrar.
Evita semáforos y señales de STOP. ¿Vas siempre por la misma ruta
al trabajo porque es la única o solo por cuestión de hábito? ¿Con cuántos
semáforos y señales de STOP te encuentras? El objetivo es evitar situaciones
que te hagan parar el coche, por lo que no está demás pensar en rutas
alternativas con menos paradas forzadas. Por supuesto, tendrás que valorar si
vale la pena hacer kilómetros de más solo por evitar parar en semáforos.
Cierra las ventanas y apaga el aire acondicionado. Las
ventanillas abiertas crean resistencia y hacen que el coche necesite más
energía para avanzar, mientras que el aire acondicionado es en sí mismo
una especie de ladrón de combustible. Por lo tanto, siempre que puedas y sea
seguro, intenta conducir con las ventanillas cerradas y sin aire. Por supuesto,
si te estás muriendo de calor esto no vale la pena.
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