Una carrera soporífera. Así se podría denominar una carrera tras la cual Hamilton ocupa el primer lugar del ranking de pilotos, cayendo Rosberg a la segunda plaza. La salida de la carrera tuvo algún pico de
emoción cuando tras una buena arrancada de Hamilton y los Red Bull,
dejando atrás a Rosberg, el alemán recuperaba su posición natural para
quedarse en ella toda la carrera. Buena carrera de Fernando Alonso ganando una
posición en la salida por detrás de Vettel, y adelantando a Sainz, una posición
que conservaría gran parte de la prueba.
Jenson Button sufría problemas de frenos tras cinco vueltas, unos
problemas que además derivarían en una sanción por unas conversaciones
no permitidas por la radio, lo que dejaría al inglés último con vuelta perdida
nada más empezar. Uno de los puntos interesantes desde el inicio estaba en observar la carrera de los Red Bull,
porque su estrategia prometía emociones hacia el final al resistir el ritmo de
los Mercedes en los primeros compases. Era su única opción, y se la jugarían.
Tras los primeros pitstops las cosas se calmaban y estabilizaban con los dos
Mercedes claramente destacados y con un magnífico trabajo de Ferrari
para que Vettel adelantase a Verstappen y que, además, Raikkonen se
interpusiese entre los dos para ralentizar a Max. Por
detrás Alonso y Sainz se enzarzaban en una lucha bastante
intensa; Hamilton controlaba perfectamente la carrera y sobre
todo a Rosberg, tratando de correr lo mínimo posible pero sin que Rosberg
pudiese entrar en la zona de DRS.
Pasadas las 20 vueltas la ventaja de los dos Mercedes con
respecto a Ricciardo era de 6 segundos, un Ricciardo que recortaba distancias y
que quizás pudiese entrometerse entre los dos Mercedes, pero la sensación de
que los alemanes estaban corriendo a medio gas era poderosa. Espectacular, por cierto, las posiciones de los dos Renault
que, sin parar, estaban los dos en la zona de puntos después de un fin de
semana atroz hasta el momento. Sin embargo no habría felicidad al final de la
carrera tras el error de Jolyon Palmer, que los dejaría sin puntos.
Curioso, por otro lado, ver las estrategias diferentes,
como Massa metiendo neumático medio en la vuelta 26, con la intención de aguantar el resto de la carrera,
a pesar de que la temperatura de la pista era absolutamente brutal. La carrera de Williams ya es tradicionalmente mala,
con un Bottas incapaz de dar caza siquiera a un Toro Rosso, y un Felipe Massa
al que nunca le sale bien nada.Alargar
tanto el neumático le salió rana a Kimi
Raikkonen que
perdía la posición con Fernando Alonso y además metía neumático súper blando, una jugada extraña con 40 vueltas
para el final. Raikkonen se ponía séptimo por delante de Sainz y era de esperar
que el finlandés adelantase inmediatamente al español: exactamente una vuelta. Le costaría más adelante el hecho de quedar detrás
de Verstappen.
La carrera estaba siendo apasionante desde el punto de vista estratégico,
aunque no en la pista. Los Mercedes estaban claramente
controlando la carrera, ralentizándola más bien, mientras que Red Bull estaba
apretando en la distancia para tratar de poner en problemas a los alemanes en
su propio pitstop. Una vez descubierto esto, han reaccionado para dejar por
detrás a Daniel Ricciardo. A 27 vueltas del final entraba Sainz para su segundo
pitstop, con Fernando Alonso séptimo y pendiente de
entrar, así que Sainz podría estar intentando un undercut imposible, a menos que sucediese algún problema en el garaje
para el de McLaren.
Aparte
de eso es una pena no
poder disfrutar de más acción en la pista en una carrera que es más de pizarra
que de espectador, con un Hamilton cambiando de ritmo a su antojo en cada
vuelta. Hay que destacar la mala gestión
de Esteban Gutiérrez con
las banderas azules en la última parte de la carrera, ralentizando mucho a Lewis Hamilton y permitiendo que Nico Rosberg
se acercase peligrosamente. No decimos que Gutiérrez haya hecho esto a
propósito, pero sí que llama la atención el pasotismo del mexicano en ese punto
con unas banderas y una evidencia de que tenía por detrás a las bestias negras
del campeonato. Ese fue otro de los pequeños puntos de acción de la
carrera, un poco triste en general.
La parte final de la carrera nos daba el único momento de emoción real con la lucha de
Raikkonen con Verstappen que,
tras un doble cambio de dirección ante el ataque de Kimi, terminaba con rotura
del alerón para Raikkonen y la muy probable sanción para Max. Pero la sanción no llegó y no entendemos bien por qué no, a
menos que pensemos que esta Formula 1 va de pilotos molones y pilotos que no
aportan nada al espectáculo. Es
injusto, e igual que
alabamos la calidad de Verstappen cuando toca, nos parece
mezquino no aplicar la ley en carrera solo porque el piloto que ha hecho la
falta nos da el único momento de lucha de una carrera aburrida visualmente,
espectacular sobre el papel de la estrategia.
Lo que vimos este fin de semana en Hungría lo quiero resumir así: Mercedes es muy superior, le
perdonan asuntos como no levantar claramente el pie frente a una doble bandera
amarilla cuando eso nos podía dar emoción en la
pista y lo que pasó fue que Mercedes tuvo camino libre. La única lucha con miga, la de Verstappen con Raikkonen, se
mantuvo por alguna razón cuando en las cámaras parecía evidente que las
maniobras de Verstappen eran sancionables, y para terminar, para nuestros
intereses, gran carrera de nuestros pilotos.
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