
Pero seguro que has oído hablar del Mazda Laputa, Nissan Moco y Kia Borrego, aunque lo de Reventón de Lamborghini tampoco fue un nombre precisamente acertado. ¿Hay modelos que se vendan hoy y que tengan nombres francamente mejorables? Gustos aparte, tenemos en el mercado unos cuantos modelos con nombres rebuscados, complicados, difíciles de escribir, que generan errores informáticos y otros directamente engañosos. Hemos analizado los nombres de los diferentes modelos de coches que están a la venta en España, y esto es lo que hemos encontrado.
Los que traen de cabeza a la informática

Éste encima con guión bajo, que traen de cabeza a los programadores. Y también a los redactores, porque cuesta más escribirlo y, además, se escriben en minúsculas por aquello de ser diferentes, una moda a la que se han unido más marcas que luego veremos, pero antes una curiosidad del cee’d y su nombre: se pronuncia cid en todo el mundo menos en España que se debería pronunciar ceed.

smart, una marca que se une al juego de las mayúsculas/minúsculas. En este caso, como sus coches son pequeños, tanto el nombre de la marca como de sus modelos se escriben con minúsculas. Esto no sólo es raro a la vista, también genera problemas con los correctores automáticos, que cambian la primera letra por mayúscula al principio de una frase. Allá ellos, al final se acaba escribiendo mal en muchos casos.

Los que estropean los listados de fichas técnicas y precios
Tenemos otra variante de marcas y modelos a los que les gusta complicar las cosas, en este caso los listados de precios y fichas técnicas. Ahí tenemos a Mazda con la mayoría de sus modelos, esos que van por números, el 2, el 3 y el 6. El problema es que el modelo es Mazda2, Mazda3 o Mazda6, así que en los listados aparecen como Mazda Mazda2, Mazda Mazda3 y Mazda Mazda6. Los reyes de la redundancia.

Vale, a ése incluso se lo podemos perdonar, incluso al Sport aunque ya empieza a tener un nombre muy largo como para ponerlo en una sola línea en el portón del maletero. El que resulta imperdonable es el Land Rover Range Rover Evoque. Trabalenguas para un coche que poco tiene que ver con un Range Rover.
Los que juegan al despiste

Lo mismo para el Mazda CX-3, que luce con orgullo ese 3 en su denominación a pesar de ser un Mazda2 convertido en SUV. Luego vienen los líos a la hora de clasificarlos y se sorprenden, ¿o es lo que buscan?

Y luego tenemos un sinsentido en Volkswagen, que es capaz de llamar Golf a un monovolumen para aprovechar el tirón comercial del nombre de su compacto, pero luego con la berlina de cuatro puertas no se aclara: Jetta, Vento, Bora, otra vez Jetta. ¿Y el familiar? ¿No debería ser Jetta Variant? Pues no, resulta que es Golf Variant. Para volverse loco.
Los nombres raros

El caso de SEAT es similar, sus modelos actuales tienen nombres de ciudades españolas, hasta el Ateca. Pero con el Mii buscaron algo joven, moderno y tecnológico pero, sinceramente, poco atractivo y nada entrañable. Con lo a mano que tenían darle una nueva generación al pequeño Arosa.

Y para finalizar, el Tesla Model S. Vamos a ver, no digo que haya que buscar nombres rimbombantes como hace Bentley o poderosos como Lamborghini. Pero se trata de la punta de lanza en vehículos eléctricos, un coche que vende tecnología pero también diseño y exclusividad. ¿Y se llama Model S? ¿Modelo S? Debe ser que este Tesla va tan cargado de innovación que secó los cerebros de la gente de la firma hasta el punto de no conseguir imaginar un nombre con un mínimo de originalidad.
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