Si
no lo has visto no te creerás esta crónica. Sébastien Buemi se resarció de su
derrota en Battersea Park el año pasado y conquistó el título de Fórmula E este
domingo después de que él y Lucas di Grassi protagonizaran una de las carreras
más locas y sucias jamás vistas a este nivel. Al final el campeonato de pilotos se decidió por la
vuelta rápida que marcó el suizo, logrando también Renault
e.dams repetir corona por equipos.
Buemi logró empatar en el liderato del campeonato de
monoplazas eléctricos con Lucas di Grassi al lograr la pole position, por
delante de su compañero Nicolas Prost y el brasileño. Pero el empate no le
valía a Buemi al acumular Di Grassi mejores resultados a lo largo del año. Y en la salida se lió parda. Unos dirán que los e.dams frenaron antes de tiempo,
otros que Lucas di Grassi no frenó. El caso es que éste terminó llevándose por
delante a Buemi.
En ese momento tuvimos dos carreras distintas. Una a la que nadie prestó mucha
atención y en la que se impuso Nicolas Prost de forma tan dominante como el
sábado y otra esperpéntica entre los aspirantes al título. Lucas di Grassi
llevó su maltrecho coche a boxes, mientras Sébastien Buemi se arrastró bajo
Safety Car esperando que su equipo preparara su segundo coche para ir a por la
vuelta rápida con reglajes extremos. Los dos puntos de la vuelta rápida iban a decidirlo todo.
Di Grassi cambió de coche y marcó un 1:26.0 para volver a
boxes. Y a partir de ahí
se dedicó a estorbar a Sébastien Buemi cada vez que pudo, a lo cual se sumó
el Safety Car provocado por Robin Frijns y Loïc Duval. Buemi volvió a boxes y
lo intentó de nuevo aprovechando que la pista quedaba limpia por los cambios de
coche, pero se encontró con Ma Qing Hua delante, ante lo cual terminó de
desesperarse y empezó a rajar por radio de su propio equipo.
Pero aún con tráfico y recibiendo protección de Nicolas
Prost en pista marcó un 1:24.5 que parecía suficiente. Y aún así se llevó un
enorme susto cuando en un intento a la desesperada Di Grassi se quedó a 51
milésimas de su tiempo. El brasileño se quejó de que había llegado a rodar en
1:24.3, pero lo hizo empleando el FanBoost durante esa vuelta, algo no
permitido, por lo que optó por emplearlo justo antes de iniciar su vuelta
crucial. Y marcó dos récords de parcial para terminar muriendo en
la orilla del tercero. Sin batería, terminó viendo en boxes
cómo Buemi volvía a rebajar su crono para así asegurarse la corona
En lo que respecta a la carrera de verdad, fue igualmente
esperpéntica, pero para saberlo había que estar atento a ella y pocos lo
estuvieron. Tras Prost quedó Daniel Abt, pero el tercer cajón del podio quedó decidido por sanciones al excederse en el consumo de energía
permitido Vergne, Heidfeld y Da Costa. Por lo tanto tercero y cuarto fueron los
pilotos de Dragon Racing, d’Ambrosio y Duval. Cerraron la zona de puntos
Sarrazin, Senna, Vergne, Heidfeld, Piquet y Turvey. En los anuarios quedará reflejado que Sébastien Buemi se
proclamó campeón por dos puntos de ventaja sobre Lucas di Grassi, mientras que
su compañero Nicolas Prost maquilló con dos triunfos en Londres su
discreta temporada, acabando así tercero. Renault e.dams logró
su segundo título con 49 puntos de renta sobre ABT Audi Sport.
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