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Mercedes-AMG S 63 Cabriolet

Con el recién desvelado Mercedes-Benz Clase S Cabriolet llega también la variante más potente del modelo, el Mercedes-AMG S 63 Cabriolet, que por ahora se corona como el tope de gama, a la espera de un futuro S 65 Cabrio, con motor V12 biturbo. De momento habrá que conformarse con su 5.5 litros V8, también biturbo, cuya potencia asciende a 585 CV. 
Este Cabriolet de Mercedes-AMG estará disponible tanto en versión de propulsión como con tracción total AMG Performance 4Matic, que a pesar de todo da protagonismo al tren trasero al enviar más cantidad de par que al delantero. El S 63 Cabrio estará a la venta en el mes de diciembre, pero no lo veremos en la calle hasta la próxima primavera.

Un hombre, un motor, pero hay mucho más
El propulsor 5.5 litros V8 biturbo ofrece la potencia máxima de 585 CV a 5.500 RPM, pero aún más espectacular es la cifra de par motor máximo, que asciende a 900 Nm entre 2.250 y 3.750 vueltas. Gracias a su impresionante fuerza, el sprint de 0 a 100 km/h se despacha rápido: 3,9 segundos. Como de costumbre, la velocidad máxima está limitada electrónicamente a 250 km/h.
La caja de cambios que acompaña al motor V8 es la AMG Speedshift de siete velocidades, que ofrece varios modos de conducción: C, S y S+. La función Eco/Start Stop es de serie, pero sólo se activa en el modo C. Y si bien al comprador de este tipo de vehículo le debe importar poco el consumo, el S 63 Cabrio homologa 10,4 litros a los cien kilómetros en ciclo mixto.
Bajo la piel del S 63 Cabriolet encontramos una suspensión neumática Airmatic con amortiguación adaptativa ADS Plus, con ajustes Comfort y Sport. Además, se puede elevar el frontal del coche en 30 milímetros si así se quiere. Por otro lado, el eje delantero se ha modificado con respecto al S 63 Coupé, mediante elementos como una barra estabilizadora más generosa.
Las llantas de aleación ligera AMG, de serie, son de 19 pulgadas y equipan neumáticos en dimensiones 255/45 R19 y 285/40 R19, aunque de manera opcional se ofrecen llantas forjadas de 20 pulgadas del AMG Performance Studio, en cuyo caso las gomas son de 255/45 R20 en el eje delantero y de 285/35 R20 en el tren trasero.
Para contener el peso del conjunto, Mercedes-AMG ha hecho uso de refuerzos de aluminio y magnesio, como en el S 500 Cabrio, además de una batería de ión-litio, llantas AMG de aleación ligera y discos de freno de composite. Según la marca, el peso del S 63 en versión 4Matic asciende a 2.110 kilogramos, aunque esta cifra incluye el depósito al 90%. Así pues, si como en el S 63 Coupé la capacidad es de 80 litros, hay 72 kilogramos que corresponden a gasolina.
Detalles estéticos e interior
Como el S 63 ha de diferenciarse del S 500, Mercedes-AMG añade diversos elementos específicos, tanto por fuera como por dentro. Exteriormente destacan la parrilla de doble ala en acabado cromado con distintivo AMG, splitter frontal en el mismo acabado, piezas aerodinámicas como el llamado A-Wing del frontal, detalles cromados tanto en los paragolpes como en las taloneras, las ya citadas llantas AMG, el difusor trasero en negro brillante o las dos salidas de escape dobles, también cromadas.
Por dentro, si el S Cabrio ya es un espectáculo, la versión AMG va un paso más allá. Materiales de gran calidad se unen a un diseño muy atractivo y a la par moderno. Los asientos, de nuevo diseño, son específicos de AMG y cuentan con ajustes eléctricos, función memoria y son calefactables. Además, la marca asegura que no falta apoyo lateral, gracias a sus generosas orejas.
A la versión AMG también llegan las dos pantallas TFT a color que hacen las veces de cuadro de instrumentos y display, y que además cuentan con gráficos AMG específicos, agujas de color rojo y un velocímetro que llega a los 330 km/h. Eso sí, delante de ellas encontramos un volante nuevo, con distintivo AMG, achatado en su zona inferior, forrado en cuero perforado y con levas de aluminio integradas en su parte posterior.

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