
Lógicamente estas innovaciones redundan en unos consumos más contenidos debido a unas menores pérdidas por rozamientos, y tienen que ver también con la reducción de ruidos que aporta este nuevo motor de gasolina. En la parte de la combustión optimizada, y con la ayuda del turbocompresor, se consigue una curva de par razonablemente plana, que ya en las 1.500 rpm obtiene el 95% de la fuerza motriz total, para luego mantenerse en los 230 Nm hasta las 3.500 rpm.
Esto, puesto sobre la carretera, se traduce en un empuje poco común en un motor de esta cilindrada.
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