Hace 25 años que se dejó de fabricar este mítico modelo de la
firma del doble chevrón. Hemos recuperado imágenes del archivo
de Citroën y su historia para ti. Esta berlina que llegó en
1974 tuvo dos duros cometidos por delante desde su debut. En primer lugar sobrevivir a la dura crisis del
petróleo y en segundo lugar sustituir al excepcional DS. Y este digno sucesor cumple ahora 40 años.
Su
afilado diseño hizo que fuera bautizado como Cx,
las siglas que identifican al coeficiente aerodinámico. Este modelo, concebido
por el genial diseñador francés Robert Opron, tenía un Cx de sólo 0,35, muy
bajo para la época. Su carrocería familiar conocida
como Break ofrecía
un nivel de confort y un espacio de carga inigualable para 8 ocupantes. La
suspensión hidráulica aportaba además una versatilidad que ningún otro modelo
de su categoría ofrecía.
Tiempos difíciles
Si nos ponemos en situación, el CX llegó en un momento
complicado a nivel mundial y en particular para Citroën. La firma francesa
acumuló grandes pérdidas debido al fiasco que supuso comprar Maserati y a los elevados costes de desarrollo
de modelos con poco éxito comercial
como el deportivo SM o el sedán con motor tipo Wankel GS Birotor. Robert Opron trabajó
conjuntamente con Michel Harmand en el Proyecto L, un
prototipo que terminaría transformándose en el CX. Los presupuestos de
desarrollo de este nuevo modelo se centraron en lo que a diseño aerodinámico.
Citroën
no tenía presupuestado para dar forma a una nueva generación de mecánicas, el
plan inicial era el de seguir evolucionando los motores que habían sido creados
antes de la Segunda Guerra Mundial para el Traction. Aún así, se llegó a
trabajar en un seis cilindros bóxer refrigerado por aire y un cuatro cilindros
bóxer refrigerado por agua. Para los más puristas el CX
fue el último Citroën de verdad, pues fue el último modelo de la firma del doble
chevrón cuyo desarrollo fue previo a la compra de la compañía por parte de Peugeot el
24 de junio de 1974.
Primer motor transversal
Cuando fue presentado en el Salón de París de 1974 el CX
se convirtió en el primer Citroën en montar el conjunto motor/cambio en posición transversal
delantera. Su innovador diseño impactó de forma positiva en el
gran público. El CX 2000 contaba con un 4 cilindros en línea atmosférico
que derivaba directamente del motor del Traction de 1934. Una
mecánica que también había animado a los DS 20 y DS 21.
En el CX tenía una cilindrada de 1.985 c.c., rendía
102 CV y le permitía alcanzar los 174 km/h. La segunda
motorización que daba forma a la gama inicial era el CX 2200, con otro cuatro
en línea de mayor cilindrada, exactamente de 2.175 c.c. con 112 CV. En
1975 consiguió el Premio al Mejor Coche del Año, un galardón que se
otorga anualmente desde 1964 por un jurado a nivel europeo integrado por
miembros de la prensa especializada del motor. Además, el CX también ganó el
Premio a la Seguridad de la Asociación Francesa de la Prensa del Automóvil.
Ese mismo año 1975 el CX se
convirtió en el primer turismo con motor diésel fabricado en serie por Citroën.
Aquella versión recibía el nombre de CX 2200 D y estaba animada por un 4
cilindros atmosférico de 2.175 c.c. que rendía 66 CV y le permitía alcanzar los
146 km/h. El CX también destacaba por
contar con un sistema de suspensión hidroneumática autonivelante y dirección Diravi ajustable en
función de la velocidad.
El espacio es un lujo
El CX Break llegó en 1976 como la carrocería familiar de
la gama con unos colosales 4.930 mm de largo. Su batalla era 250 mm superior a la de la berlina, de modo que superaba
los 3 metros, exactamente 3.095 mm. Dos eran las configuraciones
disponibles para el Break, con un habitáculo formado
por dos o por tres filas de asientos. La primera era un 5 plazas, mientras que
la segunda pasaba a ser un 8 plazas.
Con
cinco plazas el CX Break brindaba un maletero desmesuradamente grande de 1.163
litros. Las versiones equipadas con tres filas de
asientos se quedaban en 525 litros. Abatiendo todos los asientos el volumen de
carga crecía hasta los 2.172 litros. Fuera de la gama de serie de
Citroën el carrocero francés Pierre Tissier fabricó una serie de transformaciones sobre la base del CX.
Gran número de las cuales se centraban en versiones de carga sobre la base del
Break, algunas con tres ejes y dos puertas, otras con cuatro puertas.
Con una carga útil de hasta 2 toneladas estas transformaciones fueron populares
entre numerosas empresas de logística como la holandesa Hollander que se encargaba de repartir la prensa
en los Países Bajos.
Limusina presidencial
Sobre la misma batalla de 3.095 mm de longitud del Break
Citroën desarrolló una versión de batalla extendida del CX berlina a modo de limusina.
Esta versión especial recibió el nombre de Prestige y ofrecía un equipamiento
más lujoso de lo habitual. El motor escogido
inicialmente para el CX Prestige en su lanzamiento era un 4 cilindros de 2.347
c.c. que rendía 115 CV y
le permitía alcanzar los 187 km/h de punta.
Valery
Giscard d’Estaing, Presidente de la República Francesa
entre 1974 y 1981, adoptó el Citroën CX Prestige como limusina del Elíseo. El
espacio para las piernas en los asientos traseros del Prestige era ideal, no
obstante, la aerodinámica y baja línea de techo dejaba poco espacio a la altura
de la cabeza. Giscard d’Estaing medía 1,89
metros de altura con lo que esto se convirtió en un inconveniente que Citroën
se apresuró a solucionar.
A partir de 1977 el CX Prestige recibió una nueva línea de techo
sobre-elevada. Bajo el nombre de Limousine Citroën comercializó la
carrocería berlina de batalla larga del Prestige con el motor diésel abriendo así un nuevo nicho, el de las
grandes berlinas de lujo con mecánica de gasoil.
El primer GTI
Un
año antes que Volkswagen lanzara al mercado la primera generación del Golf GTI,
en 1977 Citroën presentó el CX GTI. Una versión deportiva de
su berlina animada por un motor alimentado por inyección electrónica que rendía
128 CV. Gracias a su caja de cambios de cinco relaciones su velocidad punta
ascendía hasta los 190 km/h.
Unas espectaculares llantas
de aleación y un alerón trasero integrado en el portón del maletero se
encargaban de distinguir a esta versión deportiva del CX. Su potente motor gasolina también
fue instalado en los CX Prestige con techo sobre-elevado a partir de 1977 para dotar así de una mecánica más
capaz a la limusina francesa.
Siguiendo los pasos de otras marcas, Citroën también se
aventuró en el mundo de la sobrealimentación con el CX Diesel Turbo en 1983 y
con el CX GTI Turbo en 1984. El CX GTI Turbo llegó en octubre de 1984 con nada menos que 168 CV y una
velocidad punta de 220 km/h.
La campaña publicitaria que Citroën usó con el GTI Turbo puso en guardia a
las autoridades francesas, con lo que consiguió muchos más
titulares de los que habían podido imaginar. A finales de los 70 el gobierno francés llevó a cabo una
dura campaña en contra de la velocidad. Además, hacía muy poco
que se habían instaurado limitaciones de velocidad en autopista y carretera
debido a la crisis del petróleo de 1973.
Llegó el parachoques de plástico
La conocida como Fase 2 llegó en 1985 y destacó por sustituir los
parachoques cromados por unos de plástico. El interior también
fue renovado con un nuevo salpicadero con el que se perdía aquel cenicero en
forma de bola. A día de hoy las unidades con
parachoques cromados reciben una mejor percepción como vehículo de colección que las de
parachoques de plástico.
En parte es normal porque el plástico inyectado en
color tiende a envejecer de manera no tan agradecida como los cromados. Otra de las versiones más míticas del CX fue el TRD Turbo
2. Cuando llegó en 1987 se convirtió en el coche diésel más rápido del mundo con una velocidad punta de 195 km/h.
Este modelo ayudó a popularizar el uso de los motores turbodiésel.
También corrió en rally
Fueron numerosas las participaciones deportivas del CX,
la gran mayoría de ellas en rally. Uno de los pilotos que más veces corrió al
volante de un CX fue el francés Jean-Paul Luc: 1000 Lagos, Acrópolis, Portugal, RAC, Suecia y muchos más. El CX consiguió ganar el Rally
del Senegal tres años consecutivos entre 1977 y 1979,
también ganó el Rally de Biarritz en 1980 y el Mil Pistes de 1981.
Asimismo también tomó parte en numerosas ediciones del mítico París-Dakar, una de ellas
con el gran piloto belga Jacky Ickx. Otras destacadas
participaciones del CX en rally son: Costa de Marfil, Marruecos y
London-Sidney. En 1978 la piloto francesa
Christine Dacremont ganó la categoría diésel del Rally de Monte-Carlo al
volante de un CX 2500
Diesel, en la clasificación absoluta de la prueba cruzó la meta en 69º
posición.
Deslandes creó un cabrio
En la misma línea que las transformaciones de Tissier, otros carroceros llevaron a cabo
sus propias carrocerías sobre la base del CX, unas creaciones
que nada tenían que ver con Citroën. Nombres míticos como Chapron
o Heuliez también se sumaron a esta lista. Heuliez dio forma a un familiar todavía más grande que el que
comercializaba Citroën con el nombre de Break Evasion.
Su
batalla era 160 mm más larga que el modelo de serie y su interior aportaba
elementos de lujo al estilo del Prestige. Una de las creaciones más espectaculares fue la de Guy
Deslandes. Bajo el nombre de Orphée dio forma a un descapotable de dos puertas.
Aunque sus dimensiones eran básicamente las mismas que las de la berlina se
trataba de un simple 2 plazas.
Más de 1 millón
El
23 de mayo de 1989 se terminó la producción de la berlina.
Después de 15 años en el mercado cumplió con creces su cometido como digno
sustituto del mítico DS. En 1989 Citroën introdujo el XM, un modelo
que consiguió menos éxito comercial que el CX.
Ya con el XM en producción
Citroën mantuvo el CX Break dentro de su gama hasta 1991. En los 17 años que el CX estuvo
en producción, la firma del doble Chevrón comercializó un total de 1.042.223
unidades. Una cifra no muy lejos del casi millón y medio de
unidades del DS. Citroën fabricó el CX en sus factorías de Aulnay-sous-Bois, Arica y Vigo.
Consejos por si buscas uno
No es demasiado fácil dar con un CX hoy en la calle. Esto
se debe a que la mayoría de usuarios tiene miedo al sistema hidráulico que gestiona su
equipo de suspensión. Por lo demás se trata de un vehículo
convencional. A la hora de buscar una unidad en
el mercado de clásicos es importante comprobar que se haya llevado a cabo un
correcto mantenimiento del sistema hidráulico. Lo
recomendable es vaciar todo el circuito cada 30.000 km, de lo contrario se
forma corrosión en los conductos.
La gran mayoría de versiones del
CX, Break incluido, se mueven entre 1.000 y 3.000 €. No
obstante, las versiones Prestige, GTI o GTI Turbo al ser las más buscadas entre
los coleccionistas se sitúan un escalón por encima. Un GTI Turbo restaurado en
estado de colección puede rondar fácilmente los 6.000 €.
En 2014, el Citroën CX recibió el galardón de Golden Car of the Year, un trofeo que proclama al vehículo como el mejor de la historia de los elegidos anualmente por este certamen. Esta nueva acreditación incrementa el valor del vehículo, y lo hace 15 años después de cesar su producción. Sin duda, un avanzado a su época que sigue marcando historia hoy en día.
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