El compromiso eléctrico del grupo PSA Peugeot-Citroën parece haberse diluido tanto como las ventas de sus vehículos movidos por este tipo de motorizaciones. No obstante, el CEO del grupo, Carlos Tavares, ha insistido desde su llegada en dar un nuevo y necesario impulso a los proyectos eléctricos, tanto que se habla de saltar hacia la segunda generación de coches 100% eléctricos, olvidándose ya de la primera.
El único inconveniente es temporal, porque Tavares ha hablado de una teórica llegada en 2020, fecha en la que prometen, sin concretar demasiado, mejores rendimientos y autonomías y un precio menor a sus competidores. Ahora bien, no pueden dejar de tener en cuenta que otros fabricantes se van adelantar a afrontar el siguiente escalón de la movilidad eléctrica, como Tesla, Renault-Nissan o General Motors, con años de antelación. Por eso, en PSA creen que su solución también pasa por los híbridos enchufables.
Tavares ha desvelado que el fabricante se encuentra en la fase final de un desarrollo de híbrido enchufable de un modelo ya existente y que saldrá de su nueva plataforma EMP2. Con este se pretende calmar la impaciencia alternativa con la que podemos llegar a mirar a un fabricante que nos ha venido presentado soluciones de movilidad eléctrica muy prometedoras, pero que siguen quedando alejadas del mercado.
PSA quiere adelantarse, por lo menos, al fin de la década para lanzar su híbrido enchufable, dicen que su arquitectura está terminada, y que resta decidir por qué tecnología de almacenamiento energético se inclinarán.
La intención es dar un nuevo sentido a sus próximas divisiones eléctricas, y al menos en lo que se refiere a los eléctricos puros, se pretende comenzar desde cero, después de que los resultados y las dudas estén finiquitando la aventura del grupo con Mitsubishi. En 2014 Peugeot iOn y Citroën C-Zero se quedaron en las 1.300 unidades repartidas a escala mundial.
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