
Con esto, es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 2,6 segundos, de 0 a 160 km/h en 5 segundos y roza una velocidad máxima de 320 km/h. Además, puede generar hasta 2.6 G de fuerza lateral en curvas lentas. El GP700 se basa en un chasis de aluminio y carbono, y tiene una suspensión independiente que el fabricante asegura es cómoda para un uso en carretera. La fuerza del propulsor, por cierto, va a parar íntegramente a las ruedas traseras. Quizá lo que no suena tan bien es el precio estimado, de unos 700.000 dólares australianos, lo que supone casi medio millón de euros. Se producirá en una serie limitada.
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