40 millones de euros ha impuesto la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia CNMC a 107 concesionarios de gestión independiente que venden Volkswagen, Audi y SEAT, como multa por prácticas anticompetitivas constitutivas de un delito de cárcel, en concreto por pactar precios y otras condiciones comerciales, y por intercambiar información comercial sensible.
Por el momento esta es la mayor cuantía que se ha pedido nunca en el sector por este motivo. Por el momento, porque todavía está en marcha la operación que arrancó en 2013 contra los cárteles de las marcas. La CNMC ya hace meses que considera probados los hechos, y las automovilísticas se defienden como pueden o saben. De hecho, de la negociación entre marcas y CNMC surgió la denuncia a los concesionarios ahora sancionados.
Según detalla Cinco Días, las acciones de la CNMC se iniciaron a instancias de SEAT, que de esta forma libra a sus propios concesionarios de la parte correspondiente de la sanción, mientras caen los concesionarios de gestión independiente. Ya en 2013, cuando se destapó el asunto, SEAT se apresuró a pedir a la CNMC que les redujeran la multa en relación con determinadas prácticas anticompetitivas en el sector de la distribución de vehículos de motor de concesionarios propios e independientes, consistentes en la fijación de precios y condiciones comerciales para la venta de vehículos de las marcas Volkswagen, Audi y SEAT, aportando pruebas documentales.
Lo que se conoce normalmente como un chivatazo, vaya. En el sector la noticia cayó como un jarro de agua fría, más que nada porque desde el mismo sector se apunta a que era la propia marca la que inducía a los concesionarios a realizar las prácticas por las que ahora se les sanciona. Por su parte, en Faconauto ya han cuantificado las pérdidas económicas en un riesgo de destrucción de puestos de trabajo: 135.000 serían los afectados, según la Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción.
En el caso de los 107 concesionarios, los 40 millones de sanción que se han impuesto se reparten en función de la facturación de cada empresa. Se ha fijado la cuantía de las sanciones en una horquilla que va del 0,5% al 2,5% del global de la facturación. Digamos que la CNMC ha sido benevolente con los concesionarios. Normalmente las multas representan entre el 2% y el 10% de la facturación.
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