La compañía Zarooq Motors, basada en Emiratos Árabes Unidos, presenta un modelo pensado para afrontar todo tipo de terreno, en especial el desierto, tan presente por aquellos lares. Se llama precisamente Sand Racer y, además de una estética ciertamente coupé, aunque elevado, mezcla capacidades off-road con prestaciones típicas de un deportivo.
Bajo su carrocería de fibra de vidrio o carbono, este Sand Racer de carreras esconde un motor 3.5 litros V6 montado en posición central trasera, cuya potencia alcanza los 309 CV en versión básica y hasta 507 CV en la variante más potente de la oferta. Además, el conjunto pesa únicamente 1.000 kilogramos, repartidos en relación 40:60 entre los ejes delantero y trasero.
La bestia mide 4,2 metros de largo y 2,04 metros de ancho, pero es que el fabricante asegura que tendrá una altura libre al suelo de 31,5 centímetros, y unos ángulos de ataque y salida de 45 y 53 grados. A pesar de todo, incorpora aire acondicionado, sistema multimedia y de audio, faros LED y rueda de repuesto. Los primeros prototipos, fabricados a mano, estarán listos en el mes de enero, cuando el modelo se revelará.
La producción, eso sí, estará limitada a unas 20 unidades, con un precio base de unos 100.000 dólares cada una. Si cosecha éxitos, la marca podría lanzar variantes 4x4, de batalla larga e incluso una eléctrica pura. El Sand Racer pretende ser la estrella de una carrera todoterreno monomarca, con hasta 15 coches en parrilla, que se celebrará en una finca cerca de Dubái de 404.000 metros cuadrados, donde pretenden construir el circuito off-road así como una escuela de conducción e instalaciones de ocio. La inauguración se espera para octubre de 2016.
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