
Bajo su carrocería de fibra de vidrio o carbono, este Sand Racer de carreras esconde un motor 3.5 litros V6 montado en posición central trasera, cuya potencia alcanza los 309 CV en versión básica y hasta 507 CV en la variante más potente de la oferta. Además, el conjunto pesa únicamente 1.000 kilogramos, repartidos en relación 40:60 entre los ejes delantero y trasero.

La producción, eso sí, estará limitada a unas 20 unidades, con un precio base de unos 100.000 dólares cada una. Si cosecha éxitos, la marca podría lanzar variantes 4x4, de batalla larga e incluso una eléctrica pura. El Sand Racer pretende ser la estrella de una carrera todoterreno monomarca, con hasta 15 coches en parrilla, que se celebrará en una finca cerca de Dubái de 404.000 metros cuadrados, donde pretenden construir el circuito off-road así como una escuela de conducción e instalaciones de ocio. La inauguración se espera para octubre de 2016.
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