Volkswagen y el gobierno de los Estados Unidos han llegado a un acuerdo de principios en el que el grupo alemán se compromete a dar una solución a los más de 600.000 coches diésel equipados con el software trucado. El grupo ofrece así a los dueños de un Volkswagen o Audi afectados, la posibilidad de cancelar su contrato de leasing, recomprar el coche o bien modificar el coche para que se adapte a la legislación. Además de las citadas soluciones, el juez del tribunal de San Francisco donde se produjo el acuerdo, ha ordenado el pago de una indemnización sustancial para los automovilistas afectados, aunque todavía no se conoce el importe de esas indemnizaciones.