El conjunto de marcas del Grupo Volkswagen, VW, Audi, SEAT y Skoda, ha comunicado a sus concesionarios en España la paralización de las ventas de los vehículos diésel con los motores manipulados. La decisión llega justo antes de una medida en la que ya trabajaba el Ministerio de Industria, que pretendía bloquear la comercialización de estos TDI, como ya han hecho otros países, entre los que destacan Suiza, Bélgica, Italia o Estados Unidos, por ejemplo.
Los motores diésel trucados, bloques EA 189, aún los llevan vehículos que las diferentes marcas tienen en stock. Se trata de motores Euro V, que ya no se pueden fabricar en Europa, pero que la ley sí permite vender hasta agotar existencias. No obstante, el Grupo VW asegura que las unidades afectadas en España no son muchas.
Las ventas de unidades con estos motores EA 189 se paralizarán hasta que se determine que los vehículos cumplen la normativa europea de emisiones a la que supuestamente debían haberse acogido. Además, el ministro de Industria José Manuel Soria viaja a Luxemburgo para determinar junto al resto de ministros europeos qué medidas conjuntas se tomarán en todos los países de la Unión Europea, si bien aún espera los datos que debe proporcionar Volkswagen sobre el número de vehículos SEAT afectados, cuya homologación depende de su ministerio.
El Gobierno ha decidido también reclamar a Volkswagen todas las ayudas recibidas por el PIVE, a raíz del asunto de las emisiones. Estaba cantado que sucedería, pero se ha hecho oficial por el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria. Soria ha explicado que estas ayudas del plan PIVE no le serán reclamadas al consumidor, ya que este ha sido engañado en su buena fe habiendo comprado un vehículo que creía más eficiente.
Volkswagen ha aceptado la reclamación, según ha asegurado el ministro, que confirmando lo anunciado días atrás está vigilando de cerca la evolución de este caso. En concreto, ahora es papel de la Abogacía del Estado determinar de qué manera se puede reclamar el dinero a Volkswagen. También ha aclarado que Industria comunicó a Volkswagen que todos los vehículos de stock con motor Euro5 diésel no podían venderse en España.
Este matiz añade un punto de controversia a los varios que rodean el caso. La decisión de no vender modelos afectados por el caso de las emisiones de NOx parecía proceder de Volkswagen. La declaración del ministro desmiente esta impresión y deja en peor lugar la imagen de marca del fabricante alemán.
Por otra parte, está el hecho de que este escándalo se desató en Estados Unidos a raíz de las pruebas efectuadas por la EPA. Según Volkswagen, aunque el software se instala en todos los modelos afectados, ya que se trata de desarrollos globales, en Europa este parche pensado para engañar las mediciones de NOx no se utiliza tal y como se hace en América, entre otras cosas porque aquí no lo necesitan para pasar las pruebas de homologación. Si esto fuera realmente así, quizá estaríamos ante un caso de fraude potencial, no real, en nuestro mercado.
Finalmente está la conexión entre los NOx y el CO₂. Hay que recordar que todo este embrollo viene por un fraude en la medición de los óxidos de nitrógeno, y no del dióxido de carbono. Este último es el principal baremo que se emplea para otorgar las ayudas del PIVE. Puede parecer una minucia conceptual, pero habrá que ver cómo se argumenta legalmente que los coches trucados han supuesto una pérdida para el Estado, que reclama ahora el dinero de las ayudas.
Ahora, el ministro Soria está a la espera de que el grupo automovilístico alemán concrete cuántas unidades fabricadas en España y cuántas unidades vendidas en España, con independencia un dato del otro, están afectadas por el fraude detectado. La previsión gubernamental es de que Volkswagen facilitase la lista definitiva de vehículos afectados antes del 7 de octubre, que es la fecha límite fijada por Alemania para comenzar a resolver el problema.
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