
Nuestro
coche también sufre las consecuencias del calor. Antes de iniciar un viaje
realiza una revisión de los elementos principales, ya que el calor
aumenta el riesgo de sufrir una avería. Obviamente
es necesario poner a punto el sistema de ventilación o climatización del
vehículo. Recuerda también cambiar los filtros cada
dos años o 15.000 kilómetros para garantizar la calidad del aire.

Realiza paradas cada dos horas y aparca el vehículo en una sombra.
Este es el momento de hidratarse con agua o refrescos. Evita viajar en las horas de más
calor. Lo
recomendable es hacerlo a primera hora de la mañana o a última de la tarde,
pero siempre con luz diurna.

Si
tu vehículo dispone de climatizador, intenta mantener la temperatura del habitáculo entre
19 y 24 grados y
procura que las salidas de aire no apunten directamente al pecho o la cara de
los ocupantes. Si viajas en moto, utiliza prendas
especiales para el verano y un casco ventilado.
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