
Los
neumáticos permiten ahorrar combustible y mejorar la eficiencia energética si
son estrechos. Además, así se reduce la contaminación acústica,
un objetivo de primer orden para el futuro de la automoción. Es decir, las
razones de que los neumáticos evolucionen hacia lo estrecho son
diversas, aunque vayan todas orientadas a lo mismo: dar las máximas
prestaciones dentro de un escenario determinado, que es el de la eficiencia
energética.

Los neumáticos más estrechos gastan menos y hacen menos ruido
Además,
hoy en día existen neumáticos de bajo coeficiente de
rozamiento que
permiten mantener la capacidad de agarre a la par que se reducen las pérdidas
de energía por rozamiento. Esto es muy interesante si nos damos cuenta que, a
la postre, los coches para los que se diseñan estos neumáticos no van a pasar
nunca de ciertas velocidades y en realidad, ningún coche debería pasar de 120
km/h, en teoría. Por tanto, bastan neumáticos con un código de velocidad T o U,
ya que las necesidades a altas velocidades son menores.

Por
último, los neumáticos altos son propuestos
sobre todo para modelos con propulsión eléctrica, ya que el
alto par motor ofrecido desde el primer momento permite mover esos neumáticos altos con más facilidad en arranque,
y gracias a que no hay más que una relación fija, es posible mover los
neumáticos a velocidades más que suficientes con mayor eficiencia.
Como dijimos al principio, todo tiene su porqué.
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