En
cuestiones de neumáticos las decisiones tienen poco que ver con las modas, y
mucho con las prestaciones y la optimización de todos los parámetros
relacionados. Y los neumáticos altos y estrechos tienen su lógica, igual que la
tienen los que son anchos, los de clavos, los neumáticos de invierno,
o cualquier otro tipo de neumático.
Los
neumáticos permiten ahorrar combustible y mejorar la eficiencia energética si
son estrechos. Además, así se reduce la contaminación acústica,
un objetivo de primer orden para el futuro de la automoción. Es decir, las
razones de que los neumáticos evolucionen hacia lo estrecho son
diversas, aunque vayan todas orientadas a lo mismo: dar las máximas
prestaciones dentro de un escenario determinado, que es el de la eficiencia
energética.
En coches menos pesados, y hablamos por ejemplo de modelos eléctricos pequeños, al tener menos masa se
necesita menos superficie de agarre, y si el reparto de pesos es óptimo, y el
centro de gravedad está lo más abajo posible, es posible reducir
la sección del neumático de
forma que todos los parámetros típicos, como agarre, seguridad, consumo y sonoridad estén controlados. Por decirlo así, si cogemos un coche cualquiera y lo
adelgazamos, bajamos su centro de gravedad y le exigimos ciertas prestaciones,
podremos ir adelgazando los neumáticos sin perder prestaciones.
Los neumáticos más estrechos gastan menos y hacen menos ruido
Además,
hoy en día existen neumáticos de bajo coeficiente de
rozamiento que
permiten mantener la capacidad de agarre a la par que se reducen las pérdidas
de energía por rozamiento. Esto es muy interesante si nos damos cuenta que, a
la postre, los coches para los que se diseñan estos neumáticos no van a pasar
nunca de ciertas velocidades y en realidad, ningún coche debería pasar de 120
km/h, en teoría. Por tanto, bastan neumáticos con un código de velocidad T o U,
ya que las necesidades a altas velocidades son menores.
La
clave de todo esto es que cada coche tiene sus neumáticos
óptimos. Los diseños de los nuevos tipos de coche van en la
línea de maximizar la eficiencia energética, reduciendo al mínimo todos los gastos, y para ello los
neumáticos son clave. Cuanta más sección, más superficie está en contacto con
el asfalto, se tienen más pérdidas por rozamiento y es necesaria más energía
para moverlos.
Por
último, los neumáticos altos son propuestos
sobre todo para modelos con propulsión eléctrica, ya que el
alto par motor ofrecido desde el primer momento permite mover esos neumáticos altos con más facilidad en arranque,
y gracias a que no hay más que una relación fija, es posible mover los
neumáticos a velocidades más que suficientes con mayor eficiencia.
Como dijimos al principio, todo tiene su porqué.
Comentarios
Publicar un comentario