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Control de crucero adaptativo

Uno de los aportes tecnológicos que se está generalizando y ya no es coto privado de los coches de lujo es el control de crucero adaptativo o ACC. Este sistema no sólo es capaz de mantener una velocidad programada, también detecta si hay vehículos delante que circulan a menos velocidad que el nuestro y reduce la velocidad en caso necesario para recuperarla cuando desaparece el obstáculo.
Sobre el papel perfecto, un sistema que mejora la seguridad y reduce la fatiga en largos viajes. Además ahora en muchos coches este sistema es capaz de detener el coche y reiniciar el movimiento solo, lo que le convierte en un aliado de excepción en los aburridos atascos. Pero, ¿es tan práctico como lo pintan?

En carretera se rueda más despacio y las multas se han endurecido, por eso el control de velocidad sirve para limitarse y no liarla, porque hay coches con los que eso de es que se pone a 160 sin que te des cuenta no es un decir. Y, sinceramente, para rodar a velocidad legal los limitadores de velocidad resultan incómodos, mejor que acelere el coche solo.
Pero llega el ACC y la cosa se complica. Sí, puedes seleccionar la distancia del vehículo que te precede, pero incluso en la más corta sigue siendo muy amplia para nuestra impulsividad latina que nos lleva a dejar distancias por debajo de la mínima de seguridad. Somos unos tapahuecos y en el momento en el que hay un poco de tráfico este sistema hace que los vehículos que nos siguen acaben por colarse por delante de nosotros.
El coche lógicamente reduce y adapta su velocidad y la distancia al nuevo vehículo que tenemos delante, ¡y se nos cuela otro! Vale, si hay algo de tráfico descartado el ACC. Pero si no lo hay esta la mala costumbre de circular por el carril derecho y usar el izquierdo para adelantar, pero creo que la norma ha debido de cambiar porque somos pocos los que lo hacemos. 
Es necesario cambiarse de carril con mucha antelación porque si no el ACC piensa que te vas a estrellar con el camión de turno que va delante y, cuando vas a salir para adelantar, va y te frena. Exige concentración extra y muchísima antelación, tanta que el lanzado que viene por la izquierda seguro que te regala un piropo.
Vale, ni con tráfico ni sin tráfico por el carril derecho. Pero hay más. También se da el caso de que vas por la izquierda, muy lejos de ti sale un coche a adelantar bastante lento, el ACC se asusta antes de tiempo y te frena bruscamente. Otra vez te llevas un bonito piropo del coche que llevas detrás, pero espera que hay otra situación en la que también haces amigos. Es la mejor. Poco tráfico, carril izquierdo, nadie a la vista, ni siquiera alguno que vaya a adelantar, vas tan tranquilo y a lo lejos un camión lento por el carril derecho. Sin problema piensas, pero resulta que al acercarte a él la carretera dibuja una curva a izquierdas, el ACC se cree que el camión va lentísimo por tu carril y frena como loco. 
Piropo, ráfagas y pitido con gestos violentos del coche que llevas detrás. Y con razón. Conclusión. ¿ACC sí? Sí, pero con matices. Va muy bien para los atascos, iría bien sin esos fallos y con una distancia mínima menor. Y creo que podría ser válido en cualquier circunstancia si pudiese desconectarse la función adaptativa y poder usarlo de vez en cuando como un control de crucero normal, cosa que por el momento no he visto que se pueda hacer en ningún modelo.

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