En el Salón de París conoceremos el último concept-car de Peugeot: el Concept Peugeot Quartz, un crossover de salón que sobre la base de la plataforma EMP2 monta una motorización híbrida apoyada en un propulsor 1.6 THP de 270 CV y 330 Nm desarrollado por Peugeot Sport y en dos motores eléctricos de 85 kW, que redundan en una potencia combinada de 500 CV. La parte eléctrica aporta 50 km de autonomía y es recargable mediante enchufe convencional.
Junto al Peugeot Exalt, el Peugeot Quartz representa la visión que tiene Peugeot sobre los coches de gama alta: máxima exclusividad que se plasma en detalles como el uso del basalto bruto en la consola central o un tejido elaborado por un telar digital que aporta novedades desde el punto de vista industrial, optimizando el aprovechamiento del material. Junto a este material, que proviene del reciclaje de botellas de plástico, encontramos otros más tradicionales como el cuero.
Hablamos de un concept ampuloso, con unas hechuras enormes de 2,06 metros de anchura para una longitud de 4,50 metros, y en unos neumáticos tipo rodillo Continental de 305 mm de banda de rodadura para enfundar unas enormes llantas de aluminio de 23 pulgadas. Todo, con el ánimo de infundir rotundidad y dinamismo a partes iguales en unas líneas que evocan mineralidad pero que se nutren de aristas y líneas finas para intentar aligerar el invento.
También al pasar al interior encontramos algunos elementos dignos de mención, como los estribos desplegables que permiten a los cuatro ocupantes alcanzar el habitáculo, o el i-Cockpit centrado en la figura del conductor, a quien los chicos de Peugeot denominan piloto, sin que sepamos si va con segundas. Una vez ahí sentado, el piloto verá variar la altura libre al suelo entre los 300 y los 350 mm en función de la información que maneje el sistema de lectura óptica de la carretera. Equipado con cámaras conectadas al sistema de navegación, este sistema anticipa los cambios en la calzada y prepara la suspensión en consecuencia.
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