
El personal de la Fiscalía ha entrado en la sede del grupo automovilístico en Ingolstadt, en Baviera, y en su fábrica de Neckarsulm, en Baden-Wurtemberg. La investigación se centra en la venta de 80.000 vehículos vendidos en Estados Unidos entre 2009 y 2015. La operación también afecta a la sede en Wolsburgo de Volkswagen, que se encuentra en el epicentro de todos estos escándalos.
El mercado europeo, fuera de la investigación

La Fiscalía ha declarado que las ventas en el mercado europeo no forman parte de la investigación, que coincide con la publicación de los resultados anuales de Audi. La firma alemana registró un beneficio neto atribuido de 1.985 millones de euros durante el pasado ejercicio, lo que se traduce en una reducción del 52,7% en comparación con los 4.204 millones de euros contabilizados en 2015.

Por su parte, el ex alto ejecutivo de Volkswagen, Oliver Schmidt, se enfrenta a 11 cargos criminales y 169 años en prisión por el escándalo de emisiones. Será retenido en Estados Unidos por riesgo de fuga hasta que tenga lugar el juicio, en el que será acusado de fraude y conspiración. El grupo alemán nunca deja de sorprendernos.
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