
La CNN se ha hecho eco del caso de Charles Henderson, investigador en IBM que ha descubierto que aún puede controlar el coche que vendió hace años desde su teléfono móvil. Henderson probó con otras grandes cuatro firmas, y todas ellas cuentan con apps que permiten a antiguos propietarios acceder a los vehículos que ya han vendido. Esto incluye acceder a la localización exacta, controlar el volante y los pedales hasta el cierre centralizado. Una pequeña muestra de lo que el Big Data esconde.
La herencia de los coches de segunda mano

Lo más preocupante es que para poder tomar el control del vehículo, ni siquiera es necesario estar en la misma ciudad. Aunque Henderson eliminó toda su información personal del sistema del vehículo antes de venderlo, durante años ha podido controlarlo. Esto ocurre porque solo el fabricante original puede ver quién accede o no al cerebro del coche y manualmente eliminar a alguien de la app. Un reseteo no elimina el acceso móvil, únicamente borra los datos que se almacenan en el coche, pero siguen existiendo en una nube a la que otros pueden acceder.
Un poder de procesamiento inimaginable

Según informa Dallas News, los datos de la industria automovilística podrían valer de 450.000 millones a 750.000 millones de dólares en 2030. Así de valiosas son nuestras vidas. Con el Big Data, se cuantifica en números de dos dígitos el retorno de la inversión en publicidad y promociones, que son los dos gastos más importantes en las marcas.

Es lo que se denomina C2C: Comunicación Car To Car. El siguiente paso es el C2I: Comunicación Car to Infraestructure. Es el caso del servicio de mapas Here, que utilizará junto a Intel, Audi, BMW y Daimler la información que emiten los sensores de a bordo de los coches para planificar rutas, prever el estado del tráfico y compartir la información con otros vehículos. Los conductores compartirán vídeos sobre accidentes o atascos, peligros potenciales como carreteras en mal estado, condiciones meteorológicas adversas, límites de velocidad o sitios para aparcar.
¿Protege la legislación al propietario?

Dependiendo de la empresa, pueden convertirla en notificaciones o alertas acerca de un fallo en el vehículo, para enviarte publicidad o para mejorar su producto. Las aseguradoras podrían pedir a los conductores que se dejen monitorear para saber de qué forma conducen: si llevan cinturón, si respetan los límites de velocidad o si aceleran demasiado rápido. Esta información podría hacer que se encarecieran los seguros para determinados tipos de conductor o por el contrario, podría beneficiarlos.
Un estudio de la consultoría Mckinsey sobre el Big Data reveló que un 55% de sus encuestados estaría dispuesto a dejar que su vehículo rastreara su localización y la transmitiera anónimamente para permitir al fabricante mejorar la próxima generación del vehículo. Un 24% respondió bajo ninguna circunstancia. Veinte compañías, incluyendo GM, Toyota, Ford, Hyundai y Mercedes-Benz, han firmado un acuerdo que se hará efectivo este año en el cual necesitarán permiso antes de compartir información sobre la localización, salud o su comportamiento con terceras partes.
Sin embargo sí pueden usarla sin consentimiento para emergencias o investigación interna de la empresa. En España, la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, sobre Protección de Datos de Carácter Personal no permite que las empresas cedan los datos para fines distintos a los acordados a terceros sin su consentimiento. Que nosotros sepamos, claro.
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