Parecía que las aguas se habían calmado en el caso de los bombines defectuosos de General Motors, ya que en enero el regulador del mercado estadounidense estableció el pago de un millón de dólares por una negligencia fiscal. Pero no ha terminado aquí.
El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha rechazado la apelación del grupo automovilístico para intentar bloquear las demandas de los clientes en relación con el fallo en el interruptor del dispositivo de arranque de sus modelos anteriores a 2009. Se calcula que las demandas podrían alcanzar un valor de unos 10.000 millones de dólares.
Este organismo judicial se negó a revisar una sentencia de 2016 de un tribunal de Nueva York que rechazó el intento de General Motors de anular las reclamaciones de sus clientes sobre posibles accidentes vinculados con el caso de los bombines defectuosos. El fallo se basaba en el interruptor del dispositivo de arranque, que podía pasar de forma inadvertida a la posición de apagado si el llavero que acompañaba a la llave tenía un peso excesivo.
Esto también provocó una pérdida de valor de sus vehículos, puesto que los demandantes no habían sido notificados de forma adecuada de dicho defecto antes de que la compañía se acogiera a concurso de acreedores en 2009. Este fallo podría vincularse con 124 víctimas mortales y con 275 personas heridas en accidentes.
De esta forma, el rechazo de la apelación de General Motors permite demandas en relación con fallecimientos y lesiones de personas por el problema del sistema de ignición antes de la suspensión de pagos de la compañía, tildada de falsa bancarrota, así como las relacionadas con las pérdidas económicas y del valor del vehículo. El abogado principal de la demanda colectiva, Robert Hilliard, ha declarado que General Motors se escudó en una falsa bacarrota para no hacer frente a los cientos de casos de fallecimientos y lesiones que se han congelado durante años.
Ahora se calcula que las demandas podrían alcanzar un valor de unos 10.000 millones de dólares. En 2015, la compañía americana tuvo que hacer frente al pago de 900 millones de dólares para retrasar la causa y evitar que se llevara a juicio a cualquier trabajador y se aprobó un Fondo de Compensación para las víctimas de 600 millones de dólares. Sin embargo, todo apunta a que solo era el comienzo de lo que el gigante de Detroit tendrá que afrontar.
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