Y después de una larga espera, el Jeep más rápido por fin se ha convertido en una realidad. Se llama Jeep Gran Cherokee Trackhawk y está propulsado por el motor del Dodge Challenger SRT Hellcat con nada menos de 717 CV. Sin medias tintas, no se ha suavizado lo más mínimo para latir bajo el capó del todoterreno.
Vale, sí, no ha sido ni mucho menos el secreto mejor guardado pero hemos tenido que esperar hasta la llegada del Salón de Nueva York para conocer a esta bestia con motor de ocho cilindros en uve sobrealimentado. Y ojo, porque no se han limitado sólo a meterle un motor potente.
Jeep Gran Cherokee Trackhawk, 717 CV de furia
La pasión estadounidense por los coches terriblemente potentes da como resultado piezas tan extravagantes y cotizadas en el futuro como seguramente lo será este Jeep. Adoptando el mismo motor empleado en la serie Hellcat de Dodge con 6.2 litros de cubicaje con un enorme compresor, nos deleitará con unos anormales 717 CV y un sonido nada discreto. Con esas cifras les saca los colores a otros titanes todocamino como el Porsche Cayenne Turbo de 519 CV o el BMW X5 M de 575 CV.
La diferencia con la berlina y el pony car que utilizan este mismo motor es que en el caso de Gran Cherokee Trackhawk la fuerza se transmitirá a las cuatro ruedas, no sólo a las traseras. Para conseguir este reto sin comprometer la fiabilidad, Jeep ha utilizado componentes reforzados en la caja de transferencia como eslabones de cadena de acero forjados y una cadena más ancha de lo habitual.
Para digerir tanta potencia también se ha introducido en el eje trasero un diferencial electrónico de deslizamiento limitado, un eje trasero y un eje de transmisión mucho más resistentes con los que es capaz de transmitir la fuerza del propulsor al suelo y lanzar a este enorme SUV a 100 km/h en 3,5 segundos, liquidar el cuarto de milla en 11,6 segundos o alcanzar una velocidad máxima de 290 km/h. Sobra decir que para poder controlar toda esta descomunal potencia se han adoptado contramedidas como discos de freno ventilados de 40 cm delante con pinzas de seis pistones y 35 cm detrás, todo material Brembo capaz de detener al Trackhawk de 100 a 0 km/h en 35 metros.
La caja de cambios empleada es una automática de ocho velocidades y controla la entrega de potencia a las cuatro ruedas a través de cuatro modos de conducción. Cada uno de estos modos actúa sobre el comportamiento de la transmisión, la respuesta sobre las levas, la suspensión o la asistencia a la dirección eléctrica. Por fuera el Grand Cherokee Trackhawk parece casi idéntico al Grand Cherokee SRT que vimos recientemente con algunas salvedades. Las nuevas llantas calzan enormes neumáticos Pirelli P Zero Scorpion 295/45 de 20 pulgadas, las luces antiniebla dejan paso a más aperturas para la refrigeración en la parte delantera y por detrás cuatro terminales de escape sonarán como las trompetas del Apocalipsis.
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