
¿Estuvo Renault engañando a las autoridades y al público durante años, como lo hizo Volkswagen en su día? La pregunta es legítima, especialmente, tras las revelaciones de Libération que tuvo acceso a las 39 páginas del informe redactado por Dirección General de la Competencia, del Consumo y de la Represión del Fraude. La conclusión del informe es categórica: Renault SAS engañó a los consumidores acerca de los controles efectuados, como el control reglamentario de la homologación de las emisiones contaminantes la empresa utilizó una estrategia cuyo objetivo es falsear los resultados de los tests anticontaminación.
Un e-mail incriminatorio

Sin embargo, el ministerio de Hacienda galo, vía la DGCCRF, tampoco se queda de brazos cruzados y ordena una investigación al ver las diferencias entre los resultados homologados y los de los tests independientes. Con los resultados de esas pesquisas, Renault pasó a estar formalmente investigada desde el pasado mes de enero. Y estaría en una situación muy delicada. Las diferencias de resultados entre el test de homologación en laboratorio y en carretera son normales, sin embargo, en el informe se recoge un email entre la directora jurídica de Renault, la directora de comunicación y el responsable de relaciones institucionales que termina de la siguiente manera: Este sistema de descontaminación se vuelve por tanto rápidamente inoperante en carretera pero funciona durante los tests.

En cuanto al grupo Renault se enfrentaría a una multa de hasta el 10% de su facturación anual, es decir, se enfrenta a una posible multa de 3.500 millones de euros. Y es que estamos hablando, según cifras del ministerio de economía francés, de 900.000 coches vendidos en Francia.
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