El Opel Grandland X ha querido asomarse al mundo antes de su debut internacional, que llegará en el Salón de Frankfurt, durante el próximo mes de septiembre. Se unirá a la gama X de Opel, compuesta hasta ahora por los Opel Mokka X y Opel Crossland X, y llegará al mercado tras su estreno oficial.
Por ahora, lo que conocemos son unas primeras imágenes y algún dato que ha dejado ir la marca, sobre el que quizá sea el SUV de líneas más racionales de los que tiene Opel en su creciente catálogo. En la parte delantera, el Opel Grandland X muestra los ya habituales rasgos de la marca del rayo para su creciente gama SUV.
Barras cromadas en forma de ala, que abarcan el logo de la marca y se extienden hacia los faros LED, una apariencia sólida desde el frontal, el capó que presenta el pliegue característico de Opel. En el lateral, la robustez de los SUV queda representada por detalles como los pasos de ruedas ensanchados, el alto revestimiento protector que encontramos en los bajos de la carrocería y la línea que destaca la caída de techo.
Esta cuenta con un elemento diferenciador en el pilar C, que integra un diseño que estiliza la línea del SUV en este punto. Además, si se opta por un acabado bitono, con el techo negro, el contraste se acentúa y la imagen del conjunto resulta más liviana, al menos en lo visual.
En la trasera, las formas anchas y estables quedan enfatizadas por el diseño minimalista y horizontal que apreciamos tanto en el portón como en el tercio inferior. Haciendo compañía a lo que ya es tendencia abrumadora, los terminales de escape quedan recubiertos por unos embellecedores que estilizan su línea y guardan coherencia con el resto del lenguaje de diseño.
Se trata, en definitiva, de un modelo que entra en un subsegmento que se halla en fuerte crecimiento, y lo hace enfatizando las características típicas de los modelos de su clase. En los últimos años, desde 2010, la cuota de mercado de los SUV compactos ha ascendido de manera implacable, desde el 7% que conseguía entonces hasta rozar el 20% en el momento actual. Y, de hecho, Opel apunta que con las características de su nuevo SUV, el Opel Grandland X puede competir incluso con los Station Wagon de clase compactos más espaciosos.
Interior heredero de las tecnologías de Opel
En el interior, el Opel Grandland X se vale de tecnologías ya probadas en Opel. Los asientos ergonómicos certificados por AGR, el Control de Crucero Adaptativo con detección de peatones y frenado automático de emergencia, la Alerta de Somnolencia del Conductor, el Asistente Avanzado de Aparcamiento y la Cámara de visión 360° son algunos de los elementos más destacados, en ese sentido.
En lo más visible, el panel de instrumentos y la consola central con pantalla táctil se alinean de forma horizontal con el conductor. La consola tiene tres filas de controles para acceder a las funciones multimedia, a los mandos de la climatización y al control del chasis. Por su parte, la clásica posición elevada de los asientos permite una mayor accesibilidad al vehículo, y garantiza esa visibilidad que constituye uno de los rasgos más apreciados por el público de este segmento.
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