La conectividad en el coche está viviendo una auténtica revolución. Ya es algo masivo. Casi todas las marcas tienen algún sistema de conectividad multimedia con diferentes funciones, de equipo de sonido, de emparejamiento con el teléfono móvil, de navegación GPS, Internet, etcétera, muy habitualmente con una pantalla táctil a color en la consola central.
Y tanto sistema, normalmente con un nombre diferente en cada marca, suele liar el asunto más de lo que sería deseable. Vamos a ver si podemos arrojar un poco de luz. La realidad que está detrás de tantos sistemas de conectividad multimedia es que son solo varios los proveedores que fabrican estos componentes, como Bosch, Continental, QNX, Denso o Delphi, y los personalizan para cada fabricante de coches en particular, con su estilo, logotipo, colores, diseño y demás.
Una cosa es el sistema operativo del sistema multimedia del coche
Para no confundirnos es importante saber que hay dos conceptos muy diferentes: por una parte está el sistema operativo que hace funcionar el sistema de conectividad multimedia, y que normalmente el fabricante del coche no suele citar, y por otra parte está el protocolo de comunicación entre sistema de conectividad multimedia y el smartphone. Son cosas totalmente independientes.
Por ejemplo los sistemas operativos que llevan estos sistemas multimedia, que algunas marcas también llaman de infoentretenimiento, son esencialmente cuatro: Linux, QNX, Windows Embedded Automotive y Android. El sistema operativo es el software que hace buen uso del procesador y de la memoria del sistema multimedia del coche, carga una determinada interfaz gráfica que sea fácil de usar, y permite que tenga diferentes aplicaciones, funciones, etcétera, al igual que hace el sistema operativo que tenemos en un ordenador o en una tablet.
En los últimos meses hemos estado viendo noticias acerca de MirrorLink, de CarPlay, de Apple, de Windows in the car, de Microsoft, de Android Auto, de Google, o de AppLink, de Ford. Tienen nombres diferentes, pero en el fondo son y hacen prácticamente lo mismo.
Estos no son sistemas operativos, no hacen funcionar el sistema de conectividad multimedia del coche, son solo protocolos de comunicación entre el sistema de conectividad multimedia del coche y el smartphone, cuando este se conecta por cable al coche. También se pueden llamar estándares de interoperatividad.
Estos protocolos permiten conectar un smartphone al sistema multimedia del coche de una manera especial, con más posibilidades que cuando se hace por bluetooth, que era la manera normal hasta ahora, para tener manos libres o reproducir mp3 que lleváramos en la memoria del teléfono. Así se replica la pantalla del teléfono en la pantalla del sistema mutimedia del coche y se puede manejar el teléfono y ciertas aplicaciones compatibles que llevemos instaladas en el teléfono, y que se ejecutarán en el teléfono, a través de la pantalla táctil, de los mandos en el volante, del joystick de la prolongación de la consola central o del control por voz del coche.
La peculiaridad de estos diferentes protocolos es que la interfaz gráfica del sistema de conectividad multimedia del coche se personaliza en el momento en el que se conecta el teléfono, con una capa de personalización con un diseño, iconos, aspecto, etcétera, acordes al diseño que tiene el sistema operativo del teléfono que se conecta.
Es decir, si conectamos un iPhone, se carga la interfaz CarPlay, con un estilo Apple. Si conectamos un teléfono Android, se carga la interfaz Android Auto, con un estilo Google/Android. Si conectamos un teléfono WindowsPhone, se carga la interfaz Windows in the car, con un estilo de Windows.
Ya está, no hay nada más, el sistema operativo del sistema de conectividad multimedia del coche sigue siendo el que sea, y de hecho un mismo sistema de conectividad multimedia, con el sistema operativo que lleve, puede ser compatible con varios de estos protocolos a la vez, y cargar la interfaz personalizada que toque en cada momento.
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