Daniel Ricciardo se ha llevado la victoria de un caótico Gran Premio de
Hungría. El piloto de Red Bull ha logrado superar a sus rivales y, en las
últimas vueltas, conseguía
situarse primero hasta cruzar la línea de meta en el circuito de Hungaroring.
Por detrás, Fernando Alonso ha conseguido el segundo podio de la temporada al
alargar la vida de su compuesto blando y llegar a ver la bandera a cuadros en
la segunda plaza. Por su parte, Lewis Hamilton logra recuperar 19 posiciones y
llega al podio después de haber arrancado la carrera desde el pitlane.
La carrera en el trazado húngaro daba comienzo
con una temperatura ambiente de 21ºC, frente a los 29ºC del asfalto y una
humedad del 83%. Media hora antes
del comienzo, el cielo soltaba un chaparrón y empapaba el asfalto del
Hungaroring. Por ello, los pilotos arrancaron con el compuesto
intermedio en un circuito que mezclaba zonas parcialmente secas con otras
bastante mojadas. Nico Rosberg mantuvo la pole en los primeros metros, mientras
que por detrás, Sebastian Vettel perdía un par de posiciones, aunque luego
recuperaba la perdida con Fernando Alonso.
Dos coches de seguridad en
uno
Desde el pitlane, Hamilton y Magnussen arrancaban la carrera una vez que los coches situados en parrilla pasaban por la primera curva. El de Mercedes comenzaba con problemas y con una leve salida de pista, que le hizo perder algunos segundos en la primera vuelta. Poco después, el primer coche de seguridad hacía acto de presencia en la pista debido a un accidente de Marcus Ericsson, que cometía un trompo y estrellaba su CT05 contra uno de los muros.
En
ese momento, muchos pilotos aprovecharon para entrar en boxes y cambiar a
neumáticos de seco. Todos, menos los McLaren: Magnussen aguantó con los
intermedios del principio y Button decidió poner un juego nuevo de intermedios,
que le durarían poco, ya que la lluvia no volvió a surgir. El caos seguía reinando en el Hungaroring, y
llegó a su máximo exponente cuando un trompo de Romain Grosjean hacía que el
coche de seguridad siguiera en pista, cuando estaba a punto de marcharse tras
el anterior incidente de Ericsson.
El
de Lotus cometía un trompo y destrozaba la parte delantera de su E22.
Tras el baile en boxes y la reanudación, Fernando Alonso se colocaba primero,
seguido de un fuerte Jean-Eric Vergne, que frenó durante varias vueltas al
Mercedes de Nico Rosberg, a Vettel y a Hamilton.
Force India, decepción en
Hungría
Sin duda, uno de los equipos que más perdió en
la carrera fue Force India. Por un lado, Nico Hülkenberg abandonaba el Gran
Premio en la primera fase tras tratar de adelantar a su compañero de equipo y
tocarse, un acto que le mandaba
fuera de pista con el alerón delantero de su VJM07 hecho añicos.
Por el
otro, Sergio Pérez protagonizaba el siguiente coche de seguridad al trompear en
la entrada de la recta principal y estrellar su monoplaza contra el muro, que
quedaba bastante dañado. Hasta ese momento, los dos pilotos estaban metidos en
posiciones de puntos. Llegados a este punto, Williams ya rodaba lejos
de las posiciones de podio, sobre todo Valtteri Bottas, que tuvo algún problema
con su segunda parada en boxes.
En
Mercedes, Rosberg tampoco completó un paso por el pitlane excelente, y se
quedaba descolgado de las posiciones de cabeza. Muchos seguían mirando
al cielo que, a pesar de sus oscuras nubes, no volví a descargar más agua
durante el resto de carrera. En Red Bull, Sebastian Vettel se libró del
abandono después de cometer un trompo en el paso por meta: el alemán llegó a
tocarse con el muro, pero salvó los muebles y regreso al asfalto.
Ricciardo, Alonso y Hamilton
se exhiben en la recta final
A falta de unas quince vueltas, Alonso seguía liderando la carrera, seguido de Hamilton y de Ricciardo. Los dos primeros decidieron no parar de nuevo a cambiar neumáticos, pero el australiano sí que pasó por boxes para colocar un juego de neumáticos blandos.
Vuelta rápida tras vuelta rápida, Ricciardo
fue recuperando el terreno y llegó a situarse a escasas décimas de los dos
líderes. A esas alturas, las gomas blandas de Alonso sumaban casi 30
vueltas, mientras que los neumáticos medios de Hamilton estaban algo mejor,
pero tampoco demasiado. Superadas las 60 vueltas, estaba ya claro que ni
Alonso ni Hamilton iban a parar de nuevo, por lo que Ricciardo empezó a empujar
en busca de un hueco que le dejara adelantar a Hamilton, primer obstáculo antes
de conseguir la victoria.
Así pues, a falta de cuatro vueltas, el piloto de Red
Bull conseguía superar al Campeón de 2008: lo tenía hecho, Ricciardo iba ahora a por Alonso. Efectivamente,
debido a la gran degradación del español, el Ferrari no aguantó el embiste del
Red Bull y no pudo hacer nada para cerrarle la puerta a Ricciardo, que pasó a
liderar la carrera y que metió cuatro segundos a sus rivales en una vuelta.
Por detrás, Hamilton no lograba adelantar a
Alonso, sobre todo, porque también tuvo que estar pendiente de los
retrovisores, ya que Nico Rosberg, con neumático blando nuevo, llegó hasta él y amenazó con robarle el podio al inglés. Finalmente, Alonso cruzó la meta en la
segunda posición, manteniendo el ritmo por delante de las dos Flechas Plateadas. Segunda
victoria del año para Ricciardo, que aumenta su ventaja en el Mundial; segundo
podio para Alonso, que devuelve la tercera plaza a Ferrari en el Mundial de
Constructores; y remontada de Hamilton, que se queda tercero tras salir desde
el pitlane.
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