
Pero el DS 3 ha sabido hacerse con su propio público apostando por un diseño acertado,
junto a una gama de propulsores y precio bien estructurados.
Muchos decían, y dicen, que el DS 3 sigue demostrando su procedencia generalista,
pero lo cierto es que el DS 3 ha
sabido convencer a base de una mayor preocupación por las terminaciones y la
calidad en materiales del interior. Obviamente no es la referencia del segmento
en este punto, pero mantiene el tipo con sobrada dignidad. Veremos la próxima generación, que llegará en dos años.

En el apartado
exterior, el DS 3 apostó por ofrecer vinilos, pegatinas e infinidad
de motivos para que cada cliente tuviese un DS 3 fabricado
a medida. Para remarcar aún más la idea de exclusividad, el francés ha gozado de innumerables ediciones especiales con número limitado de unidades. Al
mismo tiempo, tampoco hay que olvidar que el DS 3 Racing y DS 3 Cabrio también
han ayudado a vender imagen de marca, de hecho mucho mejor que el resto de
modelos que componen la actual gama DS. Los 200 CV de la variante
más prestacional, junto con la posibilidad de circular a cierto abierto del
Cabrio, han permitido al DS 3 lucha
de tú a tú frente a los MINI y
Fiat 500.
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