Los neumáticos son el calzado de nuestro coche, y muchas veces les prestamos demasiada poca atención, algo que nos puede costar bien caro en cuanto a nuestra seguridad personal, pero que se evita de forma sencilla si sabemos interpretar la salud de nuestros neumáticos correctamente.

Los neumáticos tienen una fecha de fabricación, y también un límite de tiempo tras el cual no se garantiza la calidad del material. Por decirlo de otro modo, el material se degrada con el tiempo, y a partir de una cierta edad, no sirven para circular con seguridad por la pérdida de propiedades que sufre el neumático.
Pérdida de elasticidad y propiedades de la goma

El neumático puede agrietarse, puede romperse con facilidad, podemos tener un reventón y no nos sujetará igual en los desplazamientos laterales. En resumen, se convierte en un peligro para todos: conductor, ocupantes, terceros que pasaban por allí. Es el momento de cambiar los neumáticos y seguir circulando seguros.
Las condiciones de almacenamiento y de conservación son clave

Hemos de cambiar los neumáticos motivados por lo que suceda antes: gastar los neumáticos hasta los testigos de medición, o que cumplan 5 años desde la monta. Lo normal es que los neumáticos se desgasten antes, a menos que no lleguemos a los 3.000 km al año: en ese caso caducarán antes de desgastarse. Un neumático de más de cinco años desde la monta no es seguro, toma nota.
¿Qué pasa con la fecha de fabricación?

Sin embargo, al montar el neumático lo sacamos de su medio de conservación ideal, así que empieza la degradación más en serio. No obstante, los neumáticos siempre van a caducar, estén muy bien conservados, o muy mal conservados. Se recomienda que un neumático con fecha de fabricación de diez años o más no está en condiciones de ser montado para circular con seguridad.

Así que nos juntamos con varias cosas. Si la fecha de fabricación es de más de diez años, excusamos comprarlo; si lo montamos y se cumple su quinto aniversario desde esa monta, los podemos descartar, y debemos cambiar a otros neumáticos nuevos; y si el neumático deja los testigos al aire, debemos cambiarlos porque hemos rebasado el límite legal de profundidad mínima para el surco.
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