A veces pasa que lo pequeño se vuelve sinónimo de austeridad. Es cierto que el segmento B poco a poco va integrando tecnologías de modelos superiores, pero en cuestiones de acabados es complicado que un fabricante de ventas en masa se atreva a dar ese paso que divide a lo bueno de lo excelente, principalmente por el precio que esto implicaría.
Vale, su objetivo es vender coches como si fueran caramelos, pero siempre habrá clientes que busquen lujo en frasco pequeño. Por ello, a la gama del Renault Clio se suma la versión Initiale París, con detalles más sofisticados, mucho equipamiento y sí, un precio que podría causarle una migraña a tu cartera.
Un toque de exclusividad
El Renault Clio Initiale París se distinguirá visualmente del resto de la gama gracias a la introducción de un nuevo parachoques delantero, donde las principales diferencias se muestran en el diseño de los faros antiniebla. También recibe llantas de aleación exclusivas para este modelo y una nueva paleta de colores.
Lo más importante es lo que lleva dentro. El equipamiento es tan completo que realmente no hay lugar para reproches: sonido R-Link Arkamys, mandos al volante, control de crucero, asientos calefactables, climatizador automático y otros complementos majos que encontramos en la gama más alta del Renault Clio, además de faros de xenón y techo solar.
Todo lo anterior se envuelve en una atmósfera que apunta hacia lo premium, haciendo gala de un buen gusto por el diseño. Los asientos están tapizados en piel de dos tonos, costuras blancas, molduras en aluminio, emblemas Initiale París, techo en microfibra e iluminación ambiental.
De momento, Renault no ha anunciado planes de comercializarlo en España. En Francia, su precio comienza a partir de 21.500 euros con el motor 0.9 litros TCe de 90 CV. Puede pedirse también con el 1.2 TCe EDC de 120 CV y los 1.5 dCi y 1.5 dCI EDC de 90 CV, llegando a costar incluso 25.200 euros para este último.
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