Para alcanzar esa velocidad con sólo 200 caballos, se ha trabajado en varios aspectos muy destacados. Por un lado la aerodinámica es sencillamente espectacular, consiguiendo un coeficiente aerodinámico Cw de 0,258. En la fabricación también se ha empleado fibra de carbono y titanio, y por ejemplo las llantas de magnesio forjado a pesar de sus 18 pulgadas, suponen un ahorro de peso de 23,9 kilogramos respecto a las de aluminio.
Por su parte, las ventanas de las puertas son de policarbonato y una vez más se ha optado por una luna delantera más delgada de lo habitual para reducir el peso del conjunto. Hay que tener en cuenta que el XL Sport crece considerablemente respecto al XL1, ya que este mide de largo 4.29 metros frente a los 3,8 del XL1. También crece a lo ancho y es ligeramente más bajo que el modelo original.
Los cambios a nivel estético son más que evidentes, pero tal vez la parte más llamativa del coche sean las cinco láminas integradas a ras en la tapa del maletero que se abren automáticamente cuando la temperatura es demasiado alta, para refrigerar algunos componentes. En la trasera una línea de LED recorre el perfil de la parte posterior, dónde encontramos también un precioso difusor de aire y dos salidas de escape a cada lado.
Acelera de 0 a 100 km/h en 5,7 segundos, un registro que no le sitúa en los mejores puestos entre los deportivos de 200 caballos, pero a cambio alcanza una velocidad punta muy superior a la mayoría de modelos de esta potencia. Si el XL1 estuvo limitado a 250 unidades, el XL Sport lo estará a sólo 500 unidades.
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