
Si comenzamos exclusivamente por los elementos exteriores, encontramos una larga lista de piezas, algunas de plástico y otras de fibra de carbono, que la verdad le sientan muy bien. Hablamos por ejemplo de un labio frontal, un difusor y un spoiler trasero así como aletas traseras y flaps laterales traseros, todos ellos en color negro brillante.

Las espectaculares llantas de 21 pulgadas en tono bicolor son exclusivas de M Performance y permiten ahorrar 1,5 kilos respecto a las normales. Si nos vamos a la trasera el coche nos encontraremos con las salidas de escape trapezoidales que llevan los modelos V8 aunque el X6 ante el que estemos no lleve un motor con esa arquitectura.
El paquete M Performance incorpora un sistema de escape de acero inoxidable que no solo cambian la estética, sino que mejoran también el sonido del conjunto a través del sistema canalización de gases que le acerca acústicamente a los espectaculares BMW X6 M.

El volante va forrado en Alcántara y la posición cero está marcada por un perfil de color rojo en la parte superior del aro. Los pedales y el reposapiés lateral en acero inoxidable con el logotipo BMW M Performance junto con las tal vez excesivas alfombrillas son el diseño acorde con el resto de accesorios, completan un interior más deportivo que el de serie en el X6.
También mejoras a nivel dinámico: más potencia y mismos consumos

Con ese aumento de potencia acelera de 0 a 100 km/h en 0,2 segundos menos que de serie, pero para frenar ese aumento de potencia también se incluyen unos frenos con discos de mayor diámetro en el eje delantero y las características pinzas de freno en color azul con el logotipo BMW M.

Lo que hay que destacar es que ambos kits de potencia no afectan a las emisiones ni al consumo respecto a los modelos de serie, que se quedan en 6,0 l/100km para el X6 xDrive30d y 8,5 l/100km en el caso del X6 xDrive35i de gasolina.
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