Fabricar componentes para coches más ligeros y más baratos es el objetivo con el que el Grupo PSA y la firma Divergent 3D han suscrito un acuerdo en forma de declaración de intenciones. Divergent 3D realiza impresión 3D en plásticos y metales, lo que le da una oportunidad de oro en el mundo de la fabricación de automóviles, tanto en pequeños componentes como en estructuras. PSA no es el primer fabricante que observa atentamente las posibilidades que le brinda la impresión 3D.
Presente en otros campos de la industria, Ford también está investigando la manera en que puede hacer rentable esta forma de trabajar. Por su parte, el grupo liderado por Tavares ya prevé comenzar a realizar prototipos con Divergent 3D. Divergent 3D tiene como meta ser un activo en la fabricación de automóviles.
Entre sus argumentos está sostener que la gran mayoría de las emisiones contaminantes proceden de la industria, de manera que ofrecen lo que en palabras de su CEO, Kevin Czinger, es un camino sostenible para la industia del automóvil que dará lugar a un renacimiento de la fabricación de coches. En el mismo sentido se pronunció Carlos Tavares, al hablar de un cambio radical para la industria. Por el momento, no se ha hablado acerca de cuál sería la repercusión de estas innovaciones, medida en puestos de trabajo para las factorías del Grupo PSA.
Si este acuerdo, cuyas primeras pruebas palpables se llevarán a cabo posiblemente en el centro de I+D+i de PSA en Vélizy, sale adelante sin mayores contratiempos, en un futuro no muy lejano la forma de hacer de Divergent 3D alcanzaría a las estructuras de vehículos, en general, según un comunicado oficial de PSA. El especialista en impresión 3D, cuya sede está en Los Ángeles, no será el primer colaborador de PSA que sirve a los propósitos de rentabilidad del grupo francés. En los últimos tiempos ha externalizado parte de sus desarrollos a Altran, una consultora tecnológica de origen francés que tiene un centro de I+D+i en Casablanca.
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