Tras varias citas sin subirse al primer cajón del podio, Ogier consigue el triunfo en un Rally de Alemania bastante accidentado. El
Mundial de Rallyes regresa al asfalto y lo ha hecho con los Volkswagen y los
Hyundai al frente de la clasificación
del shakedown. Concretamente, era
Andreas Mikkelsen, con algún susto al ceñirse demasiado en
una chicane con balas de paja, el que marcaba el
ritmo por delante del primer i20 WRC16
clasificado, el del cántabro Dani Sordo que volvía con energías renovadas
tras su ausencia en Finlandia.
Con
la vértebra fracturada ya casi recuperada y tomando algunas medidas para
proteger la zona afectada, Sordo se quedó a medio segundo del crono marcado en su cuarta pasada por Andreas.
En concreto, el escandinavo completaba el corto tramo de Konz, a sólo siete
kilómetros del parque de asistencia situado en Trier, con un tiempo de 2
minutos y 21,1 segundos que más tarde
igualaría Jari-Matti Latvala en
su quinto paso por el recorrido.
Un
paso más atrás terminaba Sébastien
Ogier, el cual no podía mejorar su tiempo en la cuarta pasada,
terminando a siete décimas de los dos líderes del shakedown. Hayden Paddon y
Thierry Neuville también marcaban el mismo crono, dejando la séptima plaza para
Stéphane Lefebvre, único Citroën DS3 WRC aquí presente. En cuanto a los Ford Fiesta RS WRC, Eric Camilli ha comenzado
demostrando que el asfalto es su superficie, superando en dos
décimas a Ott Tänak. La
mañana ha estado marcada por dos momentos, el primero de ello, la entrada de la ambulancia a socorrer a un
espectador belga de 68 años que
había sufrido un problema de salud. Debido a ello, el shakedown ha estado detenido durante un buen
rato, obligando a que los pilotos de otras categorías retrasaran su puesta en
acción. La otra noticia de la mañana ha sido la confirmación por parte de Jost Capito
de que abandonará la dirección de Volkswagen Motorsport en los próximos días, siendo este su
último rally con el equipo de Wolfsburgo.
Ajetreado
comienzo del Rallye de
Alemania, el cual, a pesar de contar con una corta primera
jornada que no llegaba ni a los 100 kilómetros cronometrados repartidos en
cinco especiales ha marcado el guion de la prueba desde el inicio.
Precisamente porque en el primer tramo del día ya perdíamos a uno de los
grandes candidatos a hacerse con la victoria al confirmarse los problemas con la caja de cambios del Volkswagen
Polo R WRC de Jari-Matti Latvala. Poco
podría hacer el finlandés
que ya se dejaba más de un minuto en el segundo parcial y que debía detenerse sin ni siquiera
haber completado la primera especial confirmando su abandono. Un golpe sin duda a la hasta ahora inquebrantable moral
del último integrante de la larga estirpe de flying finns.
Sébastien
Ogier se aprovechaba de su posición de salida para marcar el ritmo desde el primer kilómetro y tan sólo Andreas Mikkelsen y
Thierry Neuville conseguían mantenerse dentro de la barrera psicológica de los
10 segundos tras el primer paso por los 22 kilómetros de Mittelmosel. Sordo, muy
perjudicado por su puesto en la general, se encontraba los tramos muy sucios y
a pesar de que reconocía
haber asumido riesgos en el inicio de la especial, después
había mantenido el ritmo para no cometer errores, algo que su compañero de
equipo, Hayden Paddon no podía decir después de hacer un trompo a gran
velocidad en el que se dejaba más de 23 segundos. No
sería el único en cometer fallos en este comienzo de jornada, ya que Eric Camilli sumaba hasta dos salidas de pista.
Lefebvre también cometía un error.
La
última especial del primer bucle nos traía un cambio de líder. Ogier cometía un error en una horquilla y cedía 8,7
segundos, siendo relegado a la segunda plaza por su compañero
de equipo Andreas Mikkelsen. Los Hyundai del primer equipo volaban y Neuville
se anotaba el scratch, seguido precisamente del ya recuperado Dani Sordo. El tiempo del belga le
permitía alcanzar la posición de escolta de Mikkelsen, pasando Ogier al escalón
más bajo del podio provisional. Algo
peor le iban las cosas a Hayden
Paddon, el cual ya acumulaba mucho tiempo perdido al sufrir un pinchazo en la rueda
trasera izquierda que prácticamente lo descarta de la lucha por la victoria. En
el segundo paso por los tramos de la mañana los pilotos notaban la presencia de menos barro,
algo que les ha dado más confianza, pero que a su vez también les ha llevado a
cometer más errores.
En este caso era Hayden
Paddon el que
completaba el pleno y tras el trompo en el primer tramo y el toque en el
segundo que provocaba que pinchara una de sus ruedas, el neozelandés sufría una
fuerte salida en sexta velocidad que dejaba seriamente tocado su frontal y en
la que incluso dañaba el alerón trasero de su Hyundai i20
WRC. En
la lucha por las primeras posiciones, Mikkelsen
sumaba su primer scratch y se distanciaba de Thierry Neuville y Sébastien Ogier,
el cual ya estaba a 11,4 segundos del piloto nórdico y con Sordo a menos de
cinco segundos por detrás deseando atacar la tercera plaza ocupada por el líder
del campeonato. Sordo por su parte hacía algunos cambios en su montura para
tratar de compensar el subviraje reactivo del que se ha quejado. Las distancias tras el
cántabro ya se iban por encima de los 40 segundos, quejándose
Ott Tänak de que sus neumáticos DMACK se sobrecalentaban al haber muy poco
tiempo entre especiales.
El
segundo paso por Moselland nos dejaba
la recuperación de Sébastien Ogier, el cual le devolvía los 6,7
segundos que le habían endosado por la mañana Andreas Mikkelsen y
aprovechándose de un error de Thierry Neuville para acercarse a los dos hombres que encabezaban el rally. También Dani Sordo salía favorecido de los tiempos de
Mikkelsen y Neuville. Tras marcar el segundo scratch, el piloto
cántabro se quedaba a sólo 11,3 segundos del noruego de Volkswagen, con el
podio a tiro, pero con la preocupación de tener una pequeña fuga en uno de los
amortiguadores delanteros a falta de la pequeña especial con la que se cerraba
la primera jornada. Trier se levantaba cubierta por unas amenazantes nubes que avisaban de que
las previsiones meteorológicas no estaban desencaminadas. Con esto, la mayoría
de los pilotos se decantaba por el compuesto duro de cara a los dos primeros tramos con
los que empezaba la segunda etapa. Tan sólo Mikkelsen se arriesgaba montando en
su Volkswagen Polo R WRC cuatro ruedas blandas y una sola dura.
La
jugada parecía funcionarle al menos en la primera especial, en la que el
noruego aprovechaba para engordar su ventaja sobre Ogier en segundo y medio,
sabedor de que debía sacar partido de sus oportunidades a la espera de la
aparición de la lluvia. A pesar de las humedades y algunas zonas mojadas por
las esporádicas lluvias, el líquido elemento no terminaba de aparecer y esto perjudicaba a un Mikkelsen que
se dejaba gran parte de su ventaja en el segundo tramo de la mañana, tras
cometer un error que le pudo haber costado mucho más. En
este caso, el ganador en Catalunya 2015 y Polonia 2016 perdía el control de su
Volkswagen en una fuerte frenada, yéndose
recto y dejándose un buen puñado de segundos en retornar a pista.
Algo
de comba perdía también Sordo, equipado con cuatro ruedas duras. La humedad en
las zonas con más árboles y la suciedad levantada por los primeros coches
hacían que la elección
del cántabro no terminara de ser todo lo efectiva que hubiera sido en un terreno
completamente seco. Neuville en su lugar apostaba por una propuesta mixta,
mezclando en sus ejes dos neumáticos de cada compuesto, algo que le funcionaba
para tomar algo de aire respecto a Dani, el cual se mantenía a unos todavía controlados 16,8 segundos. Los
equipos afrontaban ya los dos tramos espectáculo en la zona del Panzerplatte, un recorrido que entre ambas pasadas apenas
sumaba algo más de cinco kilómetros, sin embargo iba a dejar importantes diferencias justo antes de que los pilotos
tuvieran que elegir sus montas para el definitivo paso por el enorme tramo de
40 km. Mientras que la batalla entre Mikkelsen y Ogier se mantenía por todo lo
alto, Neuville se iba largo en una frenada y perdía mucho tiempo tratando de
traccionar sobre la hierba húmeda para regresar a la pista.
Suficiente
tiempo como para neutralizar la diferencia Sordo en su particular lucha por el
tercer escalón del podio. En la segunda pasada, Sordo se
dejaba entre 2 y 3 segundos al calar su motor en una curva, dándole un poco de
aire a su compañero de equipo. Panzerplatte, el tramo de
los 100 cruces tal
y como comentaban desde DMACK, es una de esas especiales a las que los pilotos
tienen más respeto que aprecio. Además de lo fácil que puede ser saltarte una
intersección, los cambios
de grip debido a las distintas superficies y la entrada en juego de los hinkelstein
lo hacen ser un tramo propenso a destapar las carencias de los participantes.
La experiencia y buena labor de un copiloto son aún más importantes en este
tipo de terreno.
Allí
Ogier asestaba un golpe certero, como le gustan a él. El francés, un especialista en los tramos largos le endosaba un mundo a sus rivales. Los
13,5 que se dejaba Mikkelsen eran suficientes como para ceder el liderato y
además darle un margen que le suele gustar mucho manejar a Sébastien. Sordo por su parte se pegaba a Neuville, ambos ya lejos del liderato, pero al acecho, esperando un
error que anteriormente ya les dio el triunfo aquí a los dos. Después de ellos,
Lefebvre, que había hecho el scratch en el TC8 se iba fuera de la pista,
obligando a sacar la bandera amarilla y detener la acción en este icónico
tramo. El de Citroën no escapaba a sus trampas. Hacía
tiempo que no veíamos a
Sébastien Ogier sentenciar de esta forma un rally. El francés,
que mantenía una sequía desde su victoria en Suecia ha tenido uno de sus
habituales sábados, aprovechando los tramos largos para asestar un golpe moral
y manteniendo el ritmo el resto de
la jornada para terminar de dar el toque de gracia. En este
caso, favorecido por una impecable elección de neumáticos y por encontrarse con
los tramos en ligeras mejores condiciones que el resto.
Esta
vez los pilotos tenían una decisión algo más sencilla. Prácticamente todos ellos apostaban por llevar
cinco neumáticos de compuesto blando salvo el líder, Sébastien Ogier, el cual
optaba por llevar cuatro blando y un duro. Los tramos, empezando por el de
Freisen-Westrich presentaban unas
condiciones mucho más delicadas por la tarde, en gran parte por
las lluvias caídas entre las dos pasadas, por lo que los pilotos tenían algo
más fácil el decantarse por una u otra goma. En
este caso, el francés
de Volkswagen volvía a las andadas, asestando un nuevo golpe en
la línea de flotación de Andreas Mikkelsen. El noruego, sin poder de reacción
volvía a encontrarse con una losa demasiado grande en forma de pérdida de 6,3
segundos que se sumaban a los 13,6 que
cedía al final del primer bucle. En este caso, al que le pasaba
factura salir segundo a los tramos era a Andreas, siendo Ogier ligeramente
beneficiado en su lucha con su compañero de equipo.
Sordo, muy atrás, también se encontraba con el asfalto muy sucio por el barro, pero aun
así se metía en plena lucha con Neuville al volverle a recortar parte de la
diferencia que el belga mantenía con él. Las seis
décimas entre ambos parecían ser el punto de mayor interés en la carrera,
especialmente tras el accidente de Stéphane Lefebvre en el TC10, por el cual piloto y
copiloto han sido hospitalizados y tienen fracturas y algunas lesiones internas, pero ninguna de ellas pone en riesgo sus vidas, y los
problemas con el alternador de Ott Tänak dejaban sentenciadas las cinco
primeras plazas. El
estonio no llegaría ni tan siquiera a comenzar la siguiente especial en la que
Neuville de nuevo se aprovechaba de la falta de
sensaciones de Dani Sordo para volver a poner tierra de por medio entre ambos, 2,7 segundos más de renta
Thierry a pesar de los problemas de visión que le producía el capot a medio
abrir en su Hyundai i20 WRC16. Paddon se veía favorecido por los abandonos de
Lefebvre y Tänak, y después de superar a Mads Ostberg, el
neozelandés se encontraba con una quinta plaza impensable durante el día de
ayer. Aun así, Hayden reconocía que tiene un camino muy largo para llegar a ser
competitivo sobre dicha superficie, especialmente en curva lenta.
Los
tramos ya secos con los que se cerraban la jornada nos mantenían en la misma tónica, Ogier incrementando su ventaja al frente de la
general y con la
pelea por la segunda posición ganando nuevos protagonistas. Mikkelsen, Sordo y Neuville se apretaban
en una batalla con los tres separados por
únicamente cuatro segundos. A falta de
60 kilómetros para el final, la ventaja de Sébastien por encima
del medio minuto hacía pensar que la racha negativa del francés de
Volkswagen estaba más cerca de terminarse. En
un rally que tiende a las sorpresas esta vez no sucedió. Con su brillante
ataque en la tarde del sábado Sébastien Ogier dejó la prueba vista para sentencia y
pese a que Dani Sordo se lanzó a por él en el primer tramo del domingo, el galo logró junto a su copiloto Julien Ingrassia
la tercera victoria en Alemania y la primera desde el pasado Rally de
Suecia.
Como
decía, Dani Sordo lo intentó marcando el scratch en la primera pasada por
Dhrontal, donde endosó casi quince segundos a Ogier aprovechando una pista
húmeda por parches y se quedó a poco más de veinte de él, superando así a
Andreas Mikkelsen. Pero consciente ya del ritmo que llevaban sus rivales el
campeón del mundo espabiló y toda la atención se centró en el duelo entre Sordo
y Neuville por las dos otras plazas de podio. El belga marcó el scratch en las
dos pasadas por Sauertal y se quedó a
una sola décima de Sordo, quedando la duda de qué hubiese
ocurrido de disputarse la segunda pasada por Dhrontal, suspendida por el
numeroso público mal colocado. Las
otras dos plazas de puntos en la Power Stage fueron para Jari-Matti Latvala y
Sébastien Ogier, mientras que en la clasificación general se quedó fuera del
podio Andreas Mikkelsen, víctima de problemas de frenos en esta última jornada. Pese a no
lograr el triunfo, Hyundai puede quedar satisfecha con el resultado al colocar
sus tres i20 de nuevo cuño entre los cinco primeros, siendo Hayden Paddon
quinto. Debido a la cancelación del Rally de China, el Mundial de Rallyes 2016 descansa mes y
medio hasta la disputa del Tour de Corse, el primer fin de semana de octubre.
Allí Sébastien Ogier gozará de su primera oportunidad matemática de hacerse con
el título.
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