
"No necesita reparación, es un auto perfecto", dijo Jürgen Stackmann, pero el activista insistió: "Está bien mientras nadie lo note". Acto seguido, Stackmann agradece, y la seguridad del evento saca al activista del escenario. ¿Actuación o realidad? No lo sabemos. Lo que se dice es que no se trata de la primera ocasión en que este activista se ve envuelto en una situación similar. Según cuentan, se trata de Simon Brodkin, un comediante británico que ya había hecho algo parecido con un ejecutivo de la FIFA.
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