Desde el pasado día 1 de noviembre, todos los vehículos con una masa máxima autorizada inferior a 3,5 toneladas matriculados en la Unión Europea deberán equipar, por ley, el programa electrónico de estabilidad o ESP. Esta norma, que obliga a incluír el ESP en la dotación de serie, se aplica tanto a vehículos turismo como a comerciales ligeros. Obligatorio en otros países como Estados Unidos, Canadá o Australia desde hace años, el control de estabilidad de serie permitirá aumentar la seguridad en las carreteras europeas.
Hasta ahora únicamente un 84% de los vehículos contaba con este sistema. Desde su lanzamiento ha evitado 190.000 accidentes en la Unión Europea y ha salvado más de 6.000 vidas, sólo en el viejo continente. El ESP, desarrollado por Bosch, es un sistema que utiliza diversos sensores repartidos por el vehículo para determinar la posición del mismo, el ángulo del volante o la presión sobre el acelerador, y actuar en consecuencia frente a una situación de riesgo. Actúa sobre el motor, limitando su entrega de potencia, y también sobre el sistema de frenos, permitiendo variar la trazada del vehículo, evitando posibles salidas de vía o pérdidas de control por parte del conductor.
Comentarios
Publicar un comentario