En 2010, Renault desveló uno de los prototipos más atractivos de los últimos años y que serviría como pauta de diseño para sus modelos en el futuro: el DeZir, que si te gustan los Clio, Mégane y Captur, ya sabes a quién darle las gracias. Pues bien, en el Salón de París, los franceses escriben el segundo capítulo de esta historia con el Trezor Concept.
Se trata de un prototipo biplaza con carrocería de GT, conducción autónoma y motor eléctrico, creado a partir de la idea de que un coche debe ser tan emocional, como fácil de usar. Es la manera en la que Renault le grita al mundo que a partir de 2020, su filosofía manos fuera/ojos fuera estará disponible, incluso en los modelos más populares y a un precio asequible.
El diseño es la razón principal por la que la gente compra coches de Renault, según Renault
Si algo le interesa a los franceses, es hacer coches visualmente atractivos. Según la propia Renault, la razón principal que impulsa a sus clientes a comprar alguno de sus modelos es, desde 2014, la madurez de su diseño. Viendo al Trezor Concept, podemos entender la importancia de utilizar el prototipo de superdeportivo como referencia para crear el resto de la gama. El Renault Trezor mide 4,7 metros de largo y sus proporciones son las de un auténtico GT, con un capó enorme y musculoso, y una luneta que comienza a caer prácticamente donde termina el parabrisas.
Si miras con atención, verás que la zaga tiene un acabado de pequeños hexágonos que, según Renault, inyectan temperamento y apariencia tecnológica al Trezor. Sobre el capó también hay algunos hexágonos, que se levantan y dan la sensación de que el coche está respirando. Como puedes notar, no tiene puertas. Para entrar, cual coche de carreras, se levanta la pieza que va desde el capó hasta lo que podrían ser los postes C, incluyendo parabrisas y cristales. Por si no fuera lo suficientemente impresionante, la iluminación de los pilotos es a través de fibra óptica que integra un láser rojo.
Dos títulos en la Fórmula E respaldan el corazón eléctrico del Renault Trezor
Para moverse, el Renault Trezor recurre a un motor eléctrico que envía 350 CV y 380 Nm directo a las ruedas traseras. Es alimentado por un par de baterías, cada una con su propio sistema de enfriamiento, optimizado por una toma de aire de geometría variable, instalada en el capó. Con el acelerador a fondo, el prototipo se catapulta de 0 a 100 km/h en menos de cuatro segundos. Cuando hablamos de deportivos eléctricos, Renault sabe lo que hace.
Ha ganado dos veces el título de equipos de la Fórmula E, por lo que buena parte de la tecnología del Trezor tiene sus orígenes en un circuito de carreras, como la recuperación de energía a través del frenado, mediante el sistema Rechargeable Energy Storage System. Naturalmente, la aerodinámica y la distribución de peso es un factor fundamental. El Renault Trezor adopta una arquitectura en la que la célula central, el monocasco y el portón de acceso están fabricados en fibra de carbono, mientras que los marcos del chasis tubular en acero. De esta manera, y a pesar de lo que implica cargar con sus baterías, el Trezor pesa sólo 1.600 kg.
Un interior de película de ciencia ficción
Para exaltar el valor de la pasión para Renault, el interior del Trezor es rojo y utiliza materiales de primer nivel, como madera de la firma francesa KEIM-cycle y pieles finas. Todas las pantallas que encuentres en el prototipo tienen ultra alta definición, utilizan tecnología OLED y están fabricadas en Corning Gorilla Glass.
Partiendo de la idea inicial, que un coche debe ser tan emocional como fácil de usar, Renault ha instalado el sistema Multi-Sense, en el que el coche permite elegir entre tres modos de conducción: neutral, para uso cotidiano; sport, para aprovechar al máximo las capacidades del motor eléctrico; y autónomo, que refleja la visión de la marca acerca de la seguridad y el placer de viajar.
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