Ogier suma su tetracampeonato del mundo en tierras españolas en un rally en la que no era fácil conseguir el título, aunque las dificultades de sus principales rivales le ha permitido coronarse. El jueves se levantaba Salou todavía mojado por las lluvias. Los pilotos se encontraron la pista con muchas humedades, especialmente en la zona de asfalto del corto tramo de Shakedown disputado en los alrededores de la localidad tarraconense, mientras que la tierra, mucho más compacta que en otras ocasiones se ha ido rompiendo con el paso de los coches.
En estas condiciones, Sébastien Ogier marcaba el mejor crono, sólo una décima por delante de Dani Sordo. La lluvia respetó el paso de los principales pilotos del WRC, permaneciendo los casi 2,97 kilómetros del recorrido en buenas condiciones hasta pasadas las 10:00, incluso secándose un poco con la sucesión de las pasadas, aun así, el barro en algunos puntos de frenada y trazadas complicaba el hecho de bajar los tiempos de las primeras pasadas.
Ogier completaba el corto tramo de pruebas mixto antes de volver a la asistencia para dirigirse a la superespecial urbana que se disputa en Montjuïc. Su tiempo, 2 minutos y 13,9 segundos era sólo una décima mejor que el del piloto cántabro de Hyundai y dos segundos y tres décimas más rápido que el marcado por su compañero en Volkswagen, Andreas Mikkelsen. A pie de tramo, los Volkswagen se veían mucho más sujetos en frenadas fuerte y obviamente explotan su tracción en curva lenta. En el caso de Sordo, su mejor marca, la de la tercera pasada, ha llegado con un pilotaje mucho más agresivo que en los primeros intentos, bajando hasta cuatro segundos su mejor tiempo. Los pilotos se han encontrado con algunas trampas en un recorrido que ya se disputó hace dos años y que ha visto como Sébastien Ogier tampoco se libraba y arrollaba una de las chicanes con neumáticos situada en la parte final del mismo. Paddon por su parte, llegaba a meta con el frontal de su i20 lleno de barro tras tener un leve toque en el cambio de superficies.
Tras los tres primeros, gran tiempo de Ott Tänak, el cual trata de sacar partido a los neumáticos DMACK hasta la llegada del asfalto, superficie en la que los compuestos de la firma anglo-china han demostrado estar un paso por detrás de los Michelín. Kris Meeke completaba el Top 5, seguido de Jari-Matti Latvala y los otros dos Hyundai oficiales de nueva generación, Hayden Paddon y Thierry Neuville. El viernes las condiciones eran similares, mucha lluvia y grandes balsas de agua que recibían a los pilotos mundialistas en el ya enrevesado recorrido del tramo urbano que se realiza en Montjuïc. Ya con el paso del primer piloto, Lorenzo Bertelli, se evidenciaban los numerosos peligros que podía entrañar en una superespecial en la que como siempre es difícil sacar renta, pero en la que es muy fácil cometer un error y destrozar de forma muy temprana tu actuación.
La mayoría de los pilotos han repetido el mismo discurso al llegar a meta, casi como si fuera un mantra: importante no cometer errores en un tramo tan corto porque había por delante una jornada muy larga que marcaría diferencias. Los más afortunados ante una lluvia que arreciaba por momentos eran obviamente los primeros en salir a la especial. Esto le ha permitido a Ott Tänak marcar el mejor tiempo, seguramente ayudado por un compuesto de DMACK mucho más blando que el que utiliza habitualmente Michelin. Las diferencias eran tan abultadas que Bertelli, fallo incluido, terminaba el día segundo, justo detrás del estonio. Casualidad que ambos pilotos, calzado uno por DMACK y el otro por Pirelli, han terminado por delante de todos los fabricantes con Michelin el día en que se anunciaba la renovación de la firma gala como suministrador del WRC para los próximos tres años y que se hablaba de la que iba a ser su 300ª victoria en el Mundial. Tras Tänak y Bertelli, Ogier, el cual se las apañaba para sortear los charcos y llegar a meta tercero, con sólo 3,5 segundos perdidos. Décimos sólo por que la mayoría de pilotos de cabeza se habían dejado más de 5 segundos, siendo Jari-Matti Latvala el caso más grave, penúltimo con 12 segundos cedidos ya en el primer tramo.
Pasear por la asistencia de Salou era como un regreso al pasado. Y es que los pilotos habían confiado el trabajo de ouvriers a muchos pilotos de la pasada década, entre los que nos encontrábamos a Toni Gardemeister con los colores de Volkswagen, a Brendan Reeves con Hayden Paddon o la mayor sorpresa de todas, la Gravel Crew de Craig Breen, en la que destacaba Mikko Hirvonen, al cual se le daba por supuesto ligado a Toyota. El que sí lucía orgullosamente los colores de la firma nipona desde primera hora del día era su ex-copiloto, Jarmo Lehtinen y que ha asumido este año las funciones de director deportivo y mano derecha de Tommi Mäkinen. A pesar de las fuertes lluvias caídas tanto en Salou como en Barcelona, los tramos de la jornada de mañana permanecían en buenas condiciones, incluso bastante secos. Algunos pilotos como Andreas Mikkelsen aseguraban que en el shakedown no había gran diferencia entre la primera y la tercera pasada, por lo que esperaba un terreno que no se limpiara demasiado.
Tras la sorpresa del mejor tiempo en el tramo espectáculo en la zona de Montjuïc por parte de Ott Tänak, el Mundial de Rallyes volvió a su estado natural con un Sébastien Ogier que era líder y empezaba marcando el ritmo del evento a pesar de no ganar ni un solo tramo y tener que lidiar con un clima que complicaba la situación en los tramos de tierra, que quedaban completamente embarrados. Tras Ogier, Thierry Neuville y Jari-Matti Latvala forman el contingente de persecución. La mañana comenzó con el ataque al liderato de un Thierry Neuville que marcaba el mejor tiempo de primer tramo del día, tomando la cabeza del rally tras gestionar mejor que nadie unas condiciones climatológicas que dejaban mucha agua en suspensión y se convirtió en el segundo líder de la prueba. Tras él, Hayden Paddon era segundo a pesar de quejas con la respuesta de su motor, con un Dani Sordo que ocupando el cuarto puesto en el tramo confirmaba una vez más el buen rendimiento de los Hyundai en estas condiciones. Tercero era Sébastien Ogier, a tan solo tres décimas de la cabeza de la general.
Los neumáticos DMACK y Pirelli no pudieron repetir el gran rendimiento, con Ott Tänak undécimo en Caseres y Bertelli, décimo sexto. Aunque en defensa del estonio hay que decir que por la mañana se confirmaban los problemas en el diferencial de su Ford Fiesta RS WRC. Tampoco tuvo suerte Kris Meeke, que sufrió un vuelco y perdió más de 40 segundos. En cabeza, el duelo entre Neuville y Ogier siguió a lo largo de los siguientes dos tramos, con el francés tomando la primera posición en Bot y expandiendo su ventaja hasta los 4,4 segundos en Terra Alta. El finlandés podría haber estado en cabeza de no ser por el tiempo perdido en el tramo espectáculo de Montjuïc y ocupaba la tercera posición justo por delante de Dani Sordo, que era cuarto a diez segundos de Ogier. Andreas Mikkelsen era quinto a tres segundos del español, mientras Paddon sufrió con los problemas técnicos en su Hyundai y no pudo evitar caer hasta la sexta posición tras ceder más de quince segundos respecto a los líderes en el tercer tramo del día. También tuvo que batallar con problemas técnicos Mads Østberg, en su caso relacionados con el freno de mano. Aún así, era el primer Ford en la general.
Y llegaron las buenas noticias para la afición española, igual de leal que siempre, agolpándose en las cunetas de los tramos. A pesar de que la lluvia no caía con la misma intensidad que en el primer bucle, los tramos permanecían muy resbaladizos, situación que aprovechó Dani Sordo para atacar. Muy cómodo durante todo el día con su Hyundai i20 WRC, el cántabro se ha despojado de las ataduras y consiguió situarse líder tras sumar dos scratchs estratosféricos en los tramos cortos con los que daba comienzo la segunda sección. El excelente rendimiento en estas condiciones del piloto español le permitía encaramarse a lo más alto de la general tras dos tiempos excelentes. En la primera especial, los 12 kilómetros y medio de Caseres, Sordo era significativamente más rápido. Tanto es así, que los 4,1 s que le había endosado al segundo mejor crono tenían como referencia a su compañero de equipo, Kevin Abbring, el cual todavía está discutiendo su futuro con el equipo Hyundai y que aquí se destapaba con un gran cono al volante del antiguo i20 WRC.
Los primeros en abrir pista por la tarde se encontraban con la necesidad de rehacer de nuevo las trazadas para los 4×4, algo que permitía a los que salían más atrás tener una base más sólida para atacar. Tras otro nuevo scratch para Sordo en Bot, las posiciones se clarificaban, estando Dani al frente de la general y sacando ya cierta renta a Sébastien Ogier. El mejor crono de Meeke en la especial de Terra Alta evitaba el pleno absoluto de Sordo en los tramos de la tarde, sin embargo, era suficiente como para irse a la asistencia para montar los reglajes de asfalto como primero de la clasificación del rally de casa. Todavía con los pilotos saliendo por orden de campeonato, eran los primeros clasificados de la general los que ensuciaban la trazada para los que salen más atrás. El que no saldría por delante de Sordo era Jari-Matti Latvala. El finlandés sigue con su pesadilla de temporada y tenía que retirarse en el quinto tramo tras dañar una rueda y la suspensión de su Volkswagen Polo R WRC.
Los otros Hyundai no se libraban de los problemas y al trompo en el que Thierry Neuville dañaba el frontal también en el TC5, se sumaba los problemas que había tenido Hayden Paddon con el acelerador. Algo mejor se puede decir que le iban las cosas a Sébastien Ogier. El francés, junto a su copiloto, Julien Ingrassia, se situaba a espaldas de Dani Sordo, con sólo 17 segundos perdidos y todavía dos etapas por delante con el principal objetivo de acabar entre los tres primeros y así sumar su cuarto título Mundial de pilotos/copilotos. Completando el podio, Andreas Mikkelsen, el cual se mantenía por delante de los dos Hyundai de nueva generación, mientras que el primer Fiesta era el de Mads Ostberg, sexto, con Meeke séptimo y Breen octavo. A pesar de la gran actuación de Dani Sordo sobre la tierra, superficie en la que no es tan veloz como en el asfalto, era evidente que en el tercer día Sébastien Ogier lanzaría su ataque sobre el español. Aunque los tramos eran todos de asfalto y eso debería ayudar al piloto de Hyundai, Ogier logró reducir la ventaja del líder.
Con un clima mucho más benévolo, sin lluvia y con tramos asfaltados en lugar de la tierra, las condiciones de pilotaje eran completamente distintas a las vistas a lo largo de los dos días anteriores. En teoría, todo ello favorecía a Dani Sordo, uno de los últimos especialistas en asfalto que con el paso de los años ha ido adaptándose a los nuevos tiempos en los que prácticamente todos los pilotos necesitan ser igual de competentes en cualquier tipo de superficie. Con todo, quien empezó la mañana tirando fuerte fue un decepcionado Jari-Matti Latvala, que se vio obligado a retirarse tras golpear un guardarraíl y volvía en escena con ganas de desquitarse. En el primer tramo del día, Sordo perdió solo una décima con respecto a Ogier, lo que suponía una forma ideal de demostrar que el objetivo era la victoria. En Alcover-Capafonts, de nuevo con Latvala con el mejor tiempo, Sordo aún consiguió aventajar a Ogier en más de medio segundo. Distancias mínimas pero que le ayudarían a ampliar ligeramente su ventaja.
Desafortunadamente para el español, el piloto de Volkswagen también tenía un objetivo claro y en Querol inició su ataque con un scratch, tres segundos más rápido que el hombre de Hyundai. La sangría no era por aquel entonces grave pero estaba aún por llegar un nuevo golpe en El Montmell. De esta forma, Sordo perdió en el último tramo del primer bucle del día casi siete segundos, lo que reducía la ventaja del español hasta los siete segundos y siete décimas sobre Ogier. Tras los dos hombres de cabeza, Andreas Mikkelsen se mantenía tercero aunque a 37 segundos. Thierry Neuville era cuarto a pesar de un pinchazo que le obligó a montar un neumático de repuesto blando. El belga se quejaba de subviraje, algo a lo que también hizo alusión Sordo y que podría ser uno de los puntos clave del fin de semana. Por detrás, Kris Meeke recuperó hasta la sexta posición, superando a Mads Østberg. Craig Breen sufrió la rotura de su eje de transmisión, lo que le hizo perder una importante cantidad de tiempo.
Estaba claro que no se iba a conformar con el segundo puesto que le daba matemáticamente el título de pilotos, el cuarto de su palmarés. Sébastien Ogier salió a la primera etapa sobre asfalto del Rally de Catalunya dispuesto a dilapidar rápidamente la ventaja que le llevaba Dani Sordo tras la excepcional actuación del Cántabro, dispuesto a aguarle la fiesta a toda la afición. Sébastien Ogier iba mordiendo casi todas las cunetas, aprovechando su posición de salida a tramo para dejarlo todo mucho más sucio para los pilotos que le seguían. Entre ellos el propio Sordo, que salía quinto tras sus dos compañeros de equipos y optaba muchas veces por líneas mucho más limpias y menos agresivas que sus compañeros, cediendo por tanto algún segundo, especialmente por la mañana, cuando más se notaban las diferencias de agarre. El propio piloto de Hyundai reconocía ir absolutamente al límite, sin reservarse nada en la manga, mientras que a Sébastien Ogier poco le importaba recibir informaciones al final del TC12 sobre el accidente de su compañero Andreas Mikkelsen, del que afortunadamente la pareja noruega salía ilesa.
Con este fuerte accidente sufrido por el segundo de la general, el título quedaba prácticamente en bandeja para Ogier, con Neuville obligado a ganar y sin conocer todavía si el Polo de Mikkelsen estaría listo para luchar por los puntos de la Power Stage. Las diferencias se iban recortando entre Ogier y Sordo hasta que irremediablemente la renta del español se esfumaba en el segundo paso por El Montmell. Un tiempo scratch 4,2 segundos mejor que el de Dani, permitía situarse a Ogier de nuevo líder, con sólo 1,7s de ventaja y todavía a la espera de cuatro tramos y la especial urbana de Salou. El aire optimista no era el mismo que Sordo exhibía a su llegada a la asistencia, aunque siempre prometiendo batalla. La 12ª especial se convertía en una carnicería, con Kris Meeke haciendo un trompo de 360 grados en quinta marcha y con Eric Camilli atravesando el tramo a muy baja velocidad para tener posteriormente que retirarse al quedarse atascada la caja de cambios de su Ford Fiesta RS WRC.
Por su parte, Neuville se destacaba en su particular lucha con Hayden Paddon, una batalla que ahora pasaba a valer un podio por la retirada de Mikkelsen. Eso sí, el anunciado como combate estrella entre Hyundai y Volkswagen era ganado con KO técnico por la firma coreana, algo que podía retrasar un fin de semana más el título para el fabricante germano. Ninguno de los dos contendientes marcaba los mejores cronos en la corta especial de apenas 2,24 kilómetros en Salou y en la que era el propio Kris Meeke el que se llevaba el scratch. Había que bajar hasta la 12ª plaza para encontrar el nombre de Dani Sordo, el cual reconocía haberse dejado llevar por los aficionados y tratar de recompensárselo deslizando en cada una de las curvas. Esa pérdida de tiempo le suponía a Sordo el irse a la asistencia a falta de los cuatro tramos habiendo perdido 5,8 segundos, pero con la pequeña ventaja táctica que le permitía salir el domingo por delante de Ogier. En cuanto al resto, Meeke llegaba a meta con gesto contrariado a pesar de llevarse el mejor tiempo. Le norirlandés es consciente de que ha cometido demasiados pequeños errores y que en 2017 no deberá repetirlos si quiere algo más que los objetivos propuestos por Yves Matton para el equipo.
El que completaba un mal día era Craig Breen, que tras los problemas con el palier roto en la primera sección que le dejaban sólo con tracción trasera, trompeaba y debía maniobrar varias veces para regresar a la carrera. La joven apuesta de Citroën es consciente de que no ha tenido el mejor desempeño y que queda en evidencia cuando Kris Meeke, con mayores errores se mantenía quinto en la general. Se antojaba difícil, pero el chip parece que ya cambió en la cabeza de Dani Sordo cuando tras todo el día tratando de defenderse era superado por Sébastien Ogier. El cántabro, que aseguraba haberse dedicado a entretener a los aficionados en la superespecial de Salou, partía con una desventaja de 5,8 segundos. Sin embargo, ya en el primer tramo Sordo veía que la diferencia no se recortaba, llegando incluso a los 8,4 segundos. Con esta dura realidad, el cántabro se conformaba con la segunda posición a la espera de un posible, pero improbable error de Sébastien Ogier en los dos últimos tramos.
Con una renta de 12,7 segundos tras anotarse un scratch y un segundo mejor tiempo en las dos primeras especiales, el francés se encaminaba irremediablemente hacia su título Mundial. Sin Andreas Mikkelsen ya en carrera, al no poder reengancharse por Rally2, sólo una victoria de Neuville y un cero de Ogier podrían haber cambiado el final del cuento, el mismo que ha narrado el cuarto título de Campeón del Mundo de Rallyes para el sucesor de Sébastien Ogier. No habría grandes cambios en los dos primeros tramos, únicamente los abandonos de Kris Meeke por problemas de motor y el de Martin Prokop, el cual arrancaba la rueda delantera derecha en la primera pasada por Duesaigües. Con el podio ya perfilado, sólo quedaba ver cómo se repartían los puntos de la Power Stage y la celebración especial que tenían reservada Ogier y Julien Ingrassia para este cuarto cetro intercontinental ganado con mucho sufrimiento, kilómetros abriendo pista y una mentalidad siempre ganadora.
Sería la segunda vez que lo lograba en tierras españolas tras hacer lo propio en la temporada 2014, Alsacia y Argentina fueron los escenarios del primer y tercer titulo respectivamente. De esta manera, Sébastien Ogier igualaba a Tommi Mäkinen y Juha Kankkunen en la lista histórica de campeones del Mundial de Rallyes, únicamente con los nueve títulos de Sébastien Loeb por encima de su marca. A tres pruebas del final, la pareja gala ya se podrá relajar y empezar a pensar en el año que viene, temporada muy importante con la llegada de los nuevos reglamentos técnicos. Por ahora se apunta una nueva victoria, la quinta del año, tras las conseguidas en Monte-Carlo, Suecia, Alemania y Córcega.
Los puntos en la Power Stage serían para Jari-Matti Latvala, el propio Sébastien Ogier y Dani Sordo, mientras que el podio en la general lo completaba Thierry Neuville, con Hayden Paddon cuarto y un Mads Ostberg que ha pescado en río revuelto con la quinta plaza. Destacar, que los problemas de Meeke y Prokop entre otros han terminado de permitir a Craig Breen meterse dentro de los diez primeros, justo tras Ott Tänak Kevin Abbring y los dos Skoda oficiales, siendo Jan Kopecky el ganador entre los pilotos del WRC2. Fin de semana de gran trabajo por parte de Hyundai, con tres coches entre los cuatro primeros y el de Abbring entre el Top 10, sin embargo, se ve algo ensombrecido al haber faltado la victoria. Más aún en el caso de Sordo, que tras un magnifico rally, especialmente su rendimiento sobre tierra, se queda a las puertas de una segunda victoria que hubiera sido aún más especial al conseguirse en casa.
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