Ogier continua en el liderato del mundial con una nueva victoria por los tramos de Córcega en un rally bastante a favor para el francés. Con sensación de frío y a
pocos kilómetros de la sede este año del Tour de Corse, la ciudad de Bastia, se ha celebrado el shakedown del Rally de Francia con un
claro dominador. Y es que nadie ha podido ni tan siquiera acercarse al crono
marcado por Sébastien
Ogier en su
tercera pasada por el tramo de 5,4 kilómetros. Con un tiempo de 3 minutos y
51,7 segundos, el piloto de Gap presentó su candidatura a ganar el tercer rally
sobre asfalto de la temporada.
Tan sólo Jari-Matti Latvala,
que no había encontrado ritmo durante sus primeras
pasadas, era capaz de acercarse a ocho décimas de su compañero
de equipo en su quinto paso. Kris Meeke, tercero, se quedaba a segundo y medio
del crono marcado por Sébastien Ogier, seguido por los dos pilotos de Hyundai, Neuville y Sordo,
a los que únicamente les ha separado un segundo. Estos cinco nombres eran sobre
el papel los grandes favoritos a llevarse la victoria en el
rally de las 10.000 curvas.
Craig Breen era el primero del resto. El irlandés
en sexta posición estaba obligado a aprovechar su gran oportunidad y demostrar que lo realizado en el
pasado Rally de Finlandia no es flor de un día. Sin la presencia de Lefebvre,
era un momento perfecto para llamar la
atención de Yves Matton. Tras el piloto de Citroën, los
terceros pilotos de Hyundai y Volkswagen, séptimo y octavo, teniendo que bajar
hasta el final del Top Ten para encontrarnos a los tres Ford Fiesta RS WRC. En el pasado, muchos se
quejaban de la falta de emoción que tenían las etapas del domingo, con un
Sébastien Loeb que acostumbraba a dejar todo visto para sentencia atacando los
sábados. Con la
llegada de Ogier al trono del Mundial de Rallies, esa estrategia ha
mutado aún más, y siempre que tiene ocasión, el de Gap marca diferencias ya
desde la primera etapa, aprovechando los tramos más largos y acumulando una
ventaja que le permite dosificar durante el resto del rally.
Ya casi tocando con los dedos
su cuarto título intercontinental, Sébastien Ogier no se ha guardado nada desde el
primer metro del Rallye de Córcega y aprovechando los casi 50
kilómetros del primer tramo y que las tripulaciones
ya no disponen de splits, atacaba para aventajar en 4 segundos a Kris Meeke y 4,8 a Dani
Sordo. La longitud de las especiales pasaba seria factura desde el
primer momento, con muchos participantes quejándose de perdida de efectividad
de los frenos en la zona final de la especial. Otros sin embargo, sufrían al
no encontrar el ritmo, algo que se traducía en ver como
hombres como Andreas
Mikkelsen se dejaban ya 20 segundos nada más comenzar la cita francesa.
El propio Ogier aseguraba al llegar a meta que sus apuntes de los
reconocimientos eran ligeramente lentos, mientras que Meeke estaba contento con
su tiempo a pesar de haberse encontrado muy sucios los tramos y haber hecho un
trompo.
Con temperaturas que llegaban
hasta los 26˚C y el asfalto seco, el compuesto duro estaba siendo el
predominante, algo
que ha pasado mucha factura a Ott Tänak y su Ford Fiesta calzado con neumáticos
DMACK. El estonio rodaba un segundo por kilómetro más lento que Ogier,
algo que le dejaba rápidamente fuera de la lucha por las cinco primeras
posiciones. Con sólo otra especial por
delante para terminar el primer bucle, Ogier
no levantaba el pie. Había olido sangre y estaba dispuesto a acabar con
sus rivales lo antes posible. Ni el beligerante Kris Meeke que tantos
quebraderos de cabeza ha dado a Jost Capito podía igualar el ritmo de la punta
de lanza de Volkswagen. A pesar de ello, el norirlandés se postulaba como principal
alternativa, a 14,7 segundos del liderato y a la espera de un error o un
problema mecánico como el que sufrió en la isla corsa Ogier el año pasado.
Tras ellos, se formó un
pelotón de Hyundai i20 WRC, encabezado por Thierry Neuville y con Dani Sordo a sólo un
segundo y tres décimas de su compañero de equipo. Hayden Paddon era
quinto, manteniendo a raya por el momento a los Volkswagen de Mikkelsen y un
desdibujado Latvala y al DS3 WRC de Craig Breen. No es que le quiera quitar
mérito a Sébastien Ogier. El francés completó una primera jornada espectacular
en Córcega al marcar los cuatro scratchs en juego. Pero para ser original no está de más subrayar que además se quedó prácticamente solo en cabeza de
carrera al no
poder aguantar su ritmo Thierry Neuville y sufrir sendos pinchazos Dani Sordo y
Kris Meeke, quedando ambos a más de dos minutos del piloto de Volkswagen en la
general.
En el primer tramo de la
tarde, la segunda pasada por Acqua Doria–Albitreccia, Thierry Neuville fue
quien más cerca se quedó de Ogier, aunque a quince segundos del campeón del
mundo, quedando tras él Latvala, Mikkelsen y Sordo. Fue aquí donde Kris Meeke
sufrió su pinchazo y las consecuencias se agravaron al retomar la marcha justo tras su compañero Craig
Breen, lo que hizo que terminara cediendo dos minutos y medio. En el último tramo de la tarde
le tocó el turno a Dani Sordo y a Hayden Paddon, pero las consecuencias fueron
mucho mayores para el cántabro al producirse el pinchazo al inicio de la
especial y tener que cambiar uno de sus neumáticos traseros. El peaje a final de tramo fue de dos minutos,
lo cual lo mandó a la novena posición de la general, aún por delante de Meeke
pese a que el norirlandés fue segundo tras Ogier.
En la general de Tour de Corse
se podía decir que con Neuville a 44 segundos de Ogier y un colchón de 14 sobre
Latvala, autor de un buen bucle vespertino, lo más interesante estaba en la lucha
por el podio entre el finlandés y su compañero Andreas Mikkelsen, separados por
tan sólo 1,3 segundos. Tras ellos se sitúan Breen, Paddon, Camilli y Evans, líder de WRC2 en el escenario de su mejor
actuación la temporada pasada al
volante del Ford Fiesta RS WRC oficial. Tras el pinchazo sufrido, que arruinaba cualquier opción de lograr en el Tour
de Corse su tercera victoria de la temporada, Kris Meeke
salió a lucirse durante esta segunda jornada en el rally de las 10.000
curvas. El norirlandés, conseguía romper la hegemonía de
Sébastien Ogier, el cual había conseguido sumar los cuatro scratchs en los
tramos de los que se conformaba la primera etapa, marcando un estratosférico
mejor tiempo en el TC5 hasta 17 segundos más rápido que el de su principal rival allí,
Andreas Mikkelsen.
Tanto el piloto de Citroën
como el noruego superaban a un Ogier que no podría
repetir el hito conseguido aquí por su compatriota, Sébastien
Loeb, en 2005, edición en la que el alsaciano sumó todos los scratchs posibles
en un rally, primera vez que un piloto lo conseguía en el WRC. No era demasiada
preocupación para el francés de Volkswagen, sabedor de la amplia ventaja que mantenía sobre
Thierry Neuville en
la clasificación general y de los numerosos pinchazos que se estaban
produciendo. Los 53,72 kilómetros de la
primera especial del día daban para mucho. Algunos como Mikkelsen aseguraban
que había sido el tramo más exigente que había corrido.
Se hacía honor a ese título del rally de las 10.000 curvas a pesar de que está edición
no llega a las 4.836, pero no sería hasta el sexto tramo que veríamos las
numerosas trampas que
esconden las carreteras de la isla corsa.
Sébastien Ogier era el primero
que se llevaba un pequeño susto. El
inevitable Campeón de esta temporada se encontraba una vaca y debía levantar un poco el pie. No es la primera vez que se
produce este hecho en Córcega, siendo el accidente de Mäkinen en 1995 el
percance más sonado. Minutos más tarde, Citroën
Racing confirmaba la salida de pista de Kris Meeke. El DS3 WRC
arrancaba una rueda tras impactar con un árbol y debía abandonar a sólo 600
metros del inicio del TC6. A falta de cuatro tramos para
el final, la atención se centra en saber qué pasaba con las posiciones del
podio, con Neuville, Mikkelsen y Latvala separados por
apenas 20 segundos, con Andreas superando a Jari-Matti en su
particular lucha por la tercera plaza. Un poco más atrás Craig Breen, que a
pesar de no marcar ningún crono estratosférico se mantenía en el nivel
de los Polo R WRC. Dani Sordo
tenía a tiro la séptima plaza de
Eric Camilli y quedaba por ver si podría alcanzar también a su compañero de
equipo, más inexperto sobre asfalto que el cántabro y además acosado por
problemas de frenos.
Con Sébastien Ogier a un mundo
del resto y el gran animador del rally, Kris Meeke, fuera de la prueba por
accidente, el bucle vespertino de la jornada del sábado en Córcega tenía por
mayor incógnita cómo afectaría la llegada de la lluvia. Pero con gran parte de
la clasificación bien establecida, ésta tan
sólo ha reafirmado las posiciones ya existentes. El mayor
beneficiado fue posiblemente Thierry Neuville, al poner tierra de por medio con
respecto a los Volkswagen en su lucha por el segundo puesto final. Sébastien Ogier volvió a
marcar la pauta en el primer tramo de la tarde, pero optó por conservar en el
segundo ante las delicadas condiciones del piso y la monta cruzada de
neumáticos blandos y duros en su Volkswagen Polo R WRC, lo que dio la
oportunidad a Neuville de marcar el scratch. Y eso, pese a un susto que el belga de Hyundai reconoció al
llegar a meta. Pero los Volkswagen no funcionaron tan bien como
de costumbre y eso dejaba a Mikkelsen a 21 segundos y a Latvala, muy incómodo con
los reglajes, a casi un minuto.
Dani Sordo cumplió al marcar
el segundo scratch en el último tramo del día y superar a Éric Camilli en este bucle,
aunque tenía complicado progresar en la clasificación con sólo dos tramos
previstos, si bien uno de ellos era de más de cincuenta
kilómetros. El cántabro era séptimo a 21 segundos de su compañero Hayden
Paddon y un minuto de Craig Breen, autor de una prestación muy sólida este fin
de semana en la isla mediterránea. Camilli se mantenía como el
mejor de los pilotos de M-Sport en este rally, aunque su compañero Mads
Ostberg al menos ha podido alcanzar al R5 de Elfyn Evans y situarse noveno de
la general por delante del líder en WRC2.
En un Tour de Corse que quedó
definido desde el primer día por el endiablado ritmo de la pareja gala y el
pinchazo del único en disposición de seguir su ritmo, Kris Meeke, Sébastien
Ogier y Julien Ingrassia se llevaron el triunfo este domingo. La pareja de
Volkswagen además deja su
cuarto título mundial visto para sentencia ante la abultada diferencia en puntos
con respecto a Andreas Mikkelsen, tercero en Córcega tras Thierry Neuville. La última jornada de
competición en la isla mediterránea apenas sirvió para que Kris Meeke se
exhibiera con un escandaloso scratch en el tramo de 53 kilómetros que abría la
jornada: nadie pudo acercarse a menos de medio minuto del británico, decidiendo
mucho de los hombres de cabeza tomarse con calma la especial ante los numerosos
parches de humedad. En la Power Stage los rivales
apretaron algo más pero siguió siendo insuficiente: Kris Meeke
se hizo con los tres puntos, seguido de Andreas Mikkelsen y el vencedor,
Sébastien Ogier.
Thierry Neuville se ha hecho
en Córcega con un valioso segundo puesto al situarlo como mejor piloto de
Hyundai esta temporada, mientras que la tercera posición de Andreas Mikkelsen le deja a 68 puntos de Ogier con 84 aún en juego:
un segundo puesto en el Catalunya le valdrá al galo para asegurar el título
haga lo que haga Mikkelsen, siendo de todos modos múltiples la combinaciones
favorables a la consecución de la corona mundial allí. Jari-Matti Latvala ocupó el
cuarto puesto por delante de una de las sorpresas de la prueba, Craig Breen,
que superó a los Hyundai de Hayden Paddon y Dani Sordo, a quien su pinchazo
arruinó toda opción de un buen resultado en un rally donde el podio era
factible. Cerraron la zona de puntos los Ford de Camilli, Ostberg y Tänak, que
superó al R5 de Evans en la última jornada. La próxima cita del Mundial de
Rallyes será el Catalunya, del 13 al 16 de octubre.
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