
Lo más triste es que no se trata de nada nuevo. Y es que muchos grupos ya habían puesto el grito en el cielo al comprobar desde hace años que la imperante moda de reducción de cilindradas traía consigo un aumento escandaloso de las emisiones en los propulsores de gasolina; también en los diésel, aunque bien es cierto que el downsizing no ha llegado tan lejos en esta parcela. La nueva norma Euro 6c y el cambio de ciclo NEDC lo van a poner en evidencia, y a los fabricantes no les queda otra que rectificar.

Claro que, la consecuencia era ese aumento colosal de las emisiones de otras partículas, como las PM, tan nocivas para la salud, una vez los modelos habían salido del laboratorio con una homologación impoluta. Algunos apostaban por una solución intermedia e inmediata, la de incorporar a los MEP filtros de partículas, tal y como se hace en los modelos diésel. La nueva normativa también traerá, por cierto, la obligación de hacerlo.
Adiós downsizing, hola upsizing

A partir de 2021, la medición de consumo y emisiones de CO2 se incorporarán a esta fórmula más estricta de homologación. Los primeros pronósticos hablan de un aumento de las motorizaciones más pequeñas del mercado actual en torno a un 25% o 30%. Podemos decir así que comienza la época del upsizing, y por qué no, que esta rectificación supone una nueva alza de la credibilidad industrial de los proyectos eléctricos enchufables. Ya lo advirtió PSA al establecer un sistema de contaminación real en el protocolo de prueba de sus nuevo coches, cosa que ahora se pretende mejorar dadas las deficiencias del actual ciclo NEDC.
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