
Ha sido desarrollado en estrecha colaboración con Hyundai Motorsport, los departamentos técnicos y de altas prestaciones de la firma, para conseguir un nivel de agresividad que haga enmudecer a los hot-hatch más picantes de la actualidad. Nunca habíamos visto algo así en Hyundai, pero si el i30 N que ya está en pruebas se va a parecer a esto, ¡mucho ojo!
El prototipo más agresivo de Hyundai

En los laterales nos encontramos unos pasos de rueda sobredimensionados y flotantes, separados de la carrocería para dejar pasar el aire. Por delante el frontal no es más sutil con una línea que apunta al suelo, un prominente splitter, una enorme parrilla para favorecer la refrigeración y salidas de aire que rasgan el capó de punta a punta. Para propulsar a este bicho se recurre a un motor propio de Hyundai de 2.0 litros de cuatro cilindros, turboalimentado, asociado a una caja de cambios automática de doble embrague y transmisión a las cuatro ruedas que desarrolla 375 CV de potencia máxima. Este motor será el mismo que utilicen los modelos de producción N pero con seguramente menos apretado.

Si pasamos al interior nos encontramos con un coche casi de carreras, con muy pocas concesiones: comodidades casi nulas, backets, arneses de seguridad, jaula de seguridad integrada, cámaras, indicador LED para los cambios de marcha y un cuadro de mandos dividido en dos pantallas, una en posición convencional y otra integrada en el volante. Todos los elementos se han posicionado lo más bajo posible para mantener un centro de gravedad bajo. No sé tú, pero si este Hyundai RN30 le va a prestar ideas al i30, yo ahora tengo muchas más ganas de ver qué es lo que N nos va a presentar en 2017.
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