No es la primera vez que hablamos sobre un invento pensado para acabar de la manera más segura posible con una persecución policial a gran velocidad, pero ésta que ha ideado Leonard Stock, de Arizona, es quizá una de las más efectivas. Se llama Grappler Police Bumper y se trata de un dispositivo instalado en el frontal del coche patrulla. Básicamente, el sistema es una especie de lazo del siglo XXI que se despliega y es capaz de atrapar la rueda trasera del vehículo al que se persigue, y bloquearla. Según el fabricante hay dos opciones, en función de la velocidad del sujeto.
Por debajo de 100 km/h se puede usar la opción que mantiene el dispositivo atado al coche policial, mientras que a mayor velocidad se recomienda el modo en que la trampa se aferra a la rueda del sospechoso pero no sigue amarrada al patrulla. Una de las principales ventajas del sistema frente a otros es que resulta seguro incluso para utilizarlo en tráfico, puesto que el conductor en principio no pierde el control del vehículo pero sí acaba deteniéndose, ya sea por sí mismo o por la acción del coche patrulla al frenar, si se utiliza la opción en la que la red sigue atada.
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