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Rally de Gales: Volkswagen es tetracampeona del WRC

Con una nueva victoria de Ogier en tierras de Gales, Volkswagen consigue si tetracampeonato de constructores en una prueba muy a favor. El primer día de competición, durante el shakedown el estonio Tänak estaba con la espina clavada de lo que sucedió en Polonia. Allí, tras todo un fin de semana peleando sobre el barro, un pinchazo le apartaba de su primera victoria y le daba el segundo triunfo de su carrera deportiva a Andreas Mikkelsen. Ahora, ayudado por unos neumáticos DMACK que funcionan muy bien sobre barro, Ott Tänak dio un aviso de que podía ser uno de los rivales a batir en el Rally de Gales.
El piloto de DMACK, el cual se dice que volverá de nuevo a la disciplina de M-Sport, marcaba el mejor tiempo en su primera pasada por el pequeño tramo de Clocaenog, bajando de los dos minutos en el corto recorrido de 3,32 kilómetros. Destacar que los tres cronos realizados por Tänak son todos mejores que el segundo mejor tiempo, el realizado por Kris Meeke en su Citroën, que se quedaba a nueve décimas del Ford Fiesta RS WRC.

Completando el podio el segundo de Citroën, Craig Breen, que ha secundado a la perfección a su compañero de equipo,  quedándose a sólo una décima del piloto que ganó en Portugal y Finlandia y que llegaba con intención de pelear por el último evento europeo de la temporada frente a sus compatriotas. Tras los dos Citroën, Sébastien Ogier, cuarto, mientras que  Hayden Paddon era el mejor Hyundai en quinta posición y por delante de los Volkswagen de Latvala y Mikkelsen. Destacar el gran crono realizado por el piloto ucraniano Valeriy Gorban, el cual, al volante de un MINI JCW WRC ya obsoleto ha conseguido hacer el mismo crono que Dani Sordo y tres décimas mejore que el marcado por Thierry Neuville. 
Los pilotos salían a la segunda jornada del Rally de Gales sabedores de que cualquier problemas con la configuración de coche sería crucial para sus opciones de conseguir un buen resultado en la cita británica. Con la premisa de encontrar unos reglajes compromiso que les permitieran superar el primer día, de nuevo Sébastien Ogier volvía a mostrarse el más acertado en este menester, comenzando ya la primera etapa al ataque, muy acoplado al Volkswagen Polo R WRC y a sus notas. El francés sabía perfectamente que esta podía ser su única oportunidad de ganar sobre tierra esta temporada, ya que Australia, ya en el mes de noviembre, tendrá unas condiciones en las que la pista se limpiará mucho con el paso de los coches. Los 12,1 segundos que sacaba de ventaja a Ott Tänak tras los dos primeros tramos eran una buena declaración de intenciones por parte del tetracampeón del Mundo y su copiloto, Julien Ingrassia.
La niebla y los bajos niveles de grip, seña de identidad de esta cita con la que tradicionalmente el Mundial de Rallyes cerraba sus temporadas, se han mostrado inalterables, poniendo contra las cuerdas a los participantes y obligando a que más de uno comenzase con una estrategia conservadora. El paso de los primeros coches generaba una capa de barro suelto que hacía que los pilotos que salían más atrás se encontraran las especiales en peores condiciones, algo de lo que obviamente se ha intentado aprovechar Ogier, con unos reglajes más duros que pilotos que salían tras él. A pesar de que parecía un plácido liderato para Sébastien, un scratch de Tänak en el tercer tramo cronometrado y un inquietante ruido en la transmisión del Volkswagen Polo R WRC hacían que el galo se pusiera en alerta. Más aún cuando veía que Andreas Mikkelsen llegaba a meta del cuarto tramo con un problema en el diferencial delantero que le hacía completar la especial sólo con tracción trasera. El noruego no sólo se dejaba más de un minuto y 25 segundos en el lance, sino que también tendría que reparar él mismo su unidad al no haber asistencia intermedia.
Un nuevo scratch de Tänak apretaba aún más las cosas antes del mediodía, quedándose el estonio con el Ford Fiesta RS WRC calzado por DMACK a sólo 7,7 segundos del liderato de Ogier. Por detrás, Latvala, Meeke y Paddon se peleaban por la tercera plaza en un margen de menos de un segundo, mientras que Neuville mantenía más de 15 segundos de ventaja sobre un Dani Sordo al que le ha lastrado mucho el primer tramo. De ser un liderato incómodo tras los dos scratchs conseguidos por Ott Tänak al final del primer bucle a contar con una considerable renta sobre el segundo clasificado después de que unos problemas de suspensión y un pinchazo en la última especial del día hayan dilapidado las opciones que tenía el piloto de DMACK de luchar por el triunfo con el ganador de cinco pruebas esta temporada, Sébastien Ogier. 

Sin mucha duda en cuanto a la montura de neumáticos, los participantes salían del reagrupamiento destacando que Andreas Mikkelsen no había sido capaz de reparar sus problemas con la transmisión delantera, algo que le iba a llevar a perder muchos minutos durante los cuatro tramos de la tarde al tener que correr únicamente con tracción trasera. Recordemos que el noruego estaba peleando con los pilotos de Hyundai por ser subcampeón después de que Ogier dejara sentenciado el título en Catalunya. Con la  tranquilidad que te da tener el campeonato ya en tu bolsillo, Ogier ha mantenido el ritmo. El objetivo sigue siendo el de sumar su sexta victoria de la temporada, la primera en tierra este 2016, algo a lo que ha ayudado el problema de Ott Tänak con la suspensión trasera de su Ford Fiesta RS WRC. El francés de Volkswagen comenzaba a cimentar una importante ventaja al frente del Rally de Gales, mientras que por detrás, las cosas se apretaban en la lucha por la tercera plaza. De esta particular batalla se caía rápidamente Craig Breen, el cual volcaba en la primera especial de la tarde, 2,1 km después de la salida de Myherin. Tan sólo unos kilómetros más tarde hacía lo propio Jari-Matti Latvala, otro Volkswagen Polo R WRC aquejado de problemas de transmisión que apartaba al finlandés de los puestos de cabeza y que permitía una nueva lucha a tres entre Kris Meeke, Hayden Paddon y Thierry Neuville, mientras que Dani Sordo se mantenía algo más alejado, en sexta posición.
El último tramo del día comenzaba con más de media hora de retraso después de al parecer un problema de salud que ha obligado a desplegar a las asistencias médicas y posponer la competición unos minutos. Sébastien Ogier llegaba a meta aliviado después de temer durante todo el día que se reprodujeran en su Polo R WRC los mismos fallos de transmisión que han apartado a sus compañeros de la lucha por la victoria. El de Gap llegaba a meta asegurando que precisamente esa pieza de la transmisión delantera también acababa de ceder en su coche, por lo que había tenido mucha fortuna de que no le pasara factura en la lucha por el triunfo. Al cuatro veces Campeón del Mundo se le ponían las cosas muy de cara a pesar de que Thierry Neuville se llevaba el último scratch de la jornada. Un pinchazo en una de las ruedas delanteras del Fiesta RS WRC de Ott Tänak le hacía ceder otros 15 segundos, lo que permitía a Ogier irse al hotel con una ventaja que superaba los 37 segundos sobre el estonio. Neuville pasaba a liderar el segundo grupo, el que se encontraba peleando por el tercer peldaño del podio, mientras que Sordo se acomodaba en una sexta posición en tierra de nadie, con 50 segundos perdidos respecto a Paddon y medio minuto por delante de Mads Ostberg.
Con la lucha por la victoria sentenciada desde la primera jornada salvo avería o accidente de Sébastien Ogier y Ott Tänak en un sólido segundo puesto, toda la atención de cara a la segunda etapa del Rally de Gales estaba centrada en la pelea por el tercer escalón del podio. Y de ella se confirmaba la caída de Kris Meeke: en los tres primeros tramos del sábado el norirlandés sufrió un par de pinchazos lentos y eso le obligaría a bajar el ritmo. Así, se quedaban solos en la lucha por el podio Thierry Neuville y Hayden Paddon, con ligera ventaja para el primero. El belga marcó el scratch en Gartheiniog y disfrutaba de 7,3 segundos de ventaja sobre su compañero de equipo en Hyundai. Dani Sordo por su parte seguía en tierra de nadie y quejándose de falta de equilibrio en su i20, notando tanto sobreviraje como subviraje en un mismo tramo. Pero mantenía el sexto puesto con diferencia con respecto a Mads Ostberg, que salió con retraso del parque de asistencia por la mañana y era poco a poco alcanzado por Jari-Matti Latvala, ya libre de problemas de transmisión.
La segunda etapa del Rally de Gales 2016, en lo que respecta a la clasificación general, los cambios han sido mínimos y por lo tanto Sébastien Ogier y Julien Ingrassia seguían encaminados hacia su primer triunfo sobre tierra de la temporada. Ni siquiera una monta de neumáticos mejorable y tres scratchs de Ott Tänak han logrado reducir su medio minuto de ventaja en la general. Lo cierto es que la renta llegó a bajar hasta los 25 segundos después de que Tänak encadenara los mejores tiempos, pero un gran scratch de Ogier en el penúltimo tramo de la jornada y un segundo puesto en la última especial dejaron la diferencia en 33,8 segundos. El mejor registro en este tramo, el primero en Inglaterra este siglo, fue para Andreas Mikkelsen, que rodaba a dos minutos de los puntos tras la plaga de problemas de transmisión en Volkswagen. 
También la lucha por el último escalón del podio se iba aclarando poco a poco, pues Thierry Neuville disponía de más de diez segundos de ventaja sobre su compañero Hayden Paddon, mientras que Kris Meeke se fue a casi un minuto tras los dos pinchazos sufridos por la mañana. Dani Sordo se mantenía sexto, seguido de Mads Ostberg, un Jari-Matti Latvala que asaltaría el séptimo puesto durante la última etapa, y los franceses Lefebvre y Camilli. Está claro que DMACK ha conseguido ocupar el puesto que tomó Pirelli durante la pasada década, con unos neumáticos de compuesto blando que se comportan a la perfección en condiciones de barro y frío. Aunque por el momento no les ha dado resultado en forma de victoria, Ott Tänak se ha mantenido en los tiempos de cabeza en la etapa de domingo, que contaba con seis tramos pero con muy pocos kilómetros contra el cronometro.
Aun así, Sébastien Ogier mantenía el liderato con 25,9 segundos de ventaja sobre el estonio a falta de las tres últimas especiales del Rally de Gales. El francés de Volkswagen estaba más cerca de la que iba a ser su primera victoria de la temporada sobre tierra, en una prueba en la que se destacó muy pronto al frente de la general y en la que las particulares condiciones de los tramos han neutralizado la habitual desventaja que supone abrir pista. En cuanto al resto, Neuville ha mantenido el tipo por delante de Hayden Paddon. Los 10 segundos que tenía de renta el belga parecían suficientes para que mantuviese la tercera plaza por delante del neozelandés, en un fin de semana que de nuevo se puede caracterizar de positivo al no haber sufrido grandes percances los pilotos ni problemas de fiabilidad el i20 WRC16. Aun así les falta de nuevo la guinda que sería conseguir la victoria en esta segunda mitad de temporada.
Sordo por su parte era sexto, a 50 segundos de la quinta posición de Kris Meeke y con Jari-Matti Latvala a más de medio minuto escoltándole. El finlandés superaba a Mads Ostberg en una lucha impropia entre dos pilotos que deberían estar más arriba en las clasificaciones. Ott Tänak seguía a lo suyo. Encontrándose muy cómodo en las condiciones de la etapa, el posible futuro piloto de M-Sport se anotaba cinco scratchs de cinco posibles para empezar y tan sólo el sobresalto de un error en los cronos que otorgaban la pérdida de dos minutos por parte de Ogier le hacía alterarse levemente. Al final era una falsa alarma y tampoco llegaría aquí la primera victoria del estonio, el cual no ha corrido la misma suerte que tuvo Andreas Mikkelsen en el pasado Rally de Polonia.
Sébastien Ogier sumaba su sexta victoria del año, la primera sobre tierra y lo hacía tras liderar la prueba de principio a fin. No era el que más scratchs sumaba, pero su sólida primera etapa le hacía acumular una ventaja que sumada a los errores/problemas de sus rivales, le ha permitido administrar durante el resto del Rally de Gales, un siempre imprevisible terreno teniendo en cuenta la situación de los tramos de este año, con muy poco grip a pesar de que no ha hecho acto de aparición la lluvia. La única emoción que quedaba era ver cómo se repartían los puntos de la Power Stage y si Volkswagen iba a celebrar este nuevo título de Campeón del Mundo de equipos, el cuarto que consiguen de forma consecutiva, con las habituales Estrella Galicia que transportan en su hospitality o si esta vez se iban a dejar llevar por el espíritu británico y para disfrutar el triunfo con una buena pinta de Guinness.
Sea como fuera el título iba de nuevo a parar a las vitrinas de Hannover, ciudad en la que se localiza el equipo Volkswagen Motorsport, en una temporada que ha dejado cierto regusto amargo por los problemas de Jari-Matti Latvala y porque Ogier no ha podido pelear por mejorar sus triunfos de años anteriores, este año sólo podrá llegar a siete si consigue mantener la racha que ostenta desde Alemania. Tänak terminaba segundo, después de una gran actuación que nos deja la duda de si podría haber plantado cara al de Gap de no ser por los problemas de suspensión y el pinchazo que le acosaron cuando todavía estaba en la batalla. Neuville era tercero, seguido por Paddon, Meeke y Dani Sordo, en sexta posición. Los puntos extra se los repartían Tänak, Mikkelsen y el propio Thierry Neuville.

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